Cumplen peregrinos con sus ‘mandas’ a San Francisco

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Año con año se llena en los caminos principales y laterales de miles de peregrinos que salen de sus hogares, quienes a pie recorren la distancia llenos de fe con la esperanza.

Magdalena de Kino, Sonora.
87.6 kilómetros son parte del camino desde la frontera de Nogales, hasta el Pueblo Mágico de Magdalena de Kino Sonora, carretera, que año con año se llena en sus caminos principales y laterales de miles de peregrinos que salen de sus hogares, quienes a pie recorren la distancia llenos de fe con la esperanza de presentarse ante San Francisco Javier y pagar su manda, por un favor pedido o recibido.
Los cronistas tradicionales cuentan que fue el padre Francisco Eusebio Kino alrededor del año 1680, quien, en una mula, portaba una imagen de San Francisco que originalmente llevaba a San Javier ahora Tucson, Arizona, pero el animal se detuvo y no quiso caminar en lo que hoy se conoce como Magdalena de Kino, dejando allá la imagen, resguardada en protección de unos habitantes locales, quienes eran conformados por la misma tribu Tohono y Pima Altos.
Al llegar a su destino original con los representantes del pueblo Tohono O´odham, el padre Kino, les mencionó donde estaba la imagen, por lo que acompañado por una comitiva de los hombres y mujeres tribales, regresaron a Magdalena cruzando por Nogales, Ímuris, Terrenate, la Mesa y San Ignacio, recorrido que ha sido el tradicional desde aquellos tiempos, sin embargo desde los años 60´s tras el traslado de los restos óseos del famoso sacerdote peregrino a la plaza principal de la ciudad, retomaron fuerza.
Desde esta primera caminata, se cuenta que, al cruzar por Nogales, las tribus que tenían presencia en la zona, se unieron a la comitiva, para apoyarlos con el cargar la imagen original, además de servir como protectores ya que había algunos pasos, peligroso tanto de flora y fauna, para los menos experimentados habitantes del norte.
De acuerdo al antropólogo Sergio Quesada Aldana, en 1687 fue el mismo padre Kino, quien fundó la primera iglesia y con ella, el pueblo de Santa María Magdalena de Buquibaba, y la imagen de San Francisco Javier, fue el mismo sacerdote quien sugirió que debía de estar acostado, descansando de su viaje, aunque se ignora, desde cuando los peregrinos adoptaron la tradición de levantar al santo para darse cuenta si han pagado la manda o se requiere que de nueva cuenta, realicen el recorrido desde la frontera.
Según don Mauro Espinoza, meses antes se inicia la preparación, para poder aguantar el recorrido de los casi 100 kilómetros, el cual dice haber realizado los últimos 14 años, desde Nogales a Magdalena, recordó que en un inicio prometió que caminaría 5 años si se curaba un familiar suyo a San Francisco, al concederle el “milagro”, dijo gustoso tomó lo necesario y emprendió el viaje de al menos 14 horas a pie.
Relató que después de esos primeros años, la fe y el agradecimiento que le tiene a San Francisco, lo hace continuar con la tradición, saliendo siempre desde la capilla de San Ramón y caminando prácticamente sin parar hasta llegar a la capilla del santo, a quien dice siempre haber podido levantar sin problema, ya que sabe que va con la manda hecha desde hace mucho tiempo, pero busca mantener la salud para todos sus familiares.
“Yo los invitó, si en realidad creen primeramente en San Francisco, que vayan, que no hay ningún inconveniente, en cuestión de apoyo y de ayuda hay bastante, es una caminata muy bonita, que la verdad a mí me gustaría que cada año fuéramos más”, mencionó Mauro Espinoza.
Como es el caso del señor Espinoza, la tradición de muchos caminantes indica, que, una vez terminadas las labores de la semana, regularmente los viernes, se emprenda el camino iniciando de noche, para llegar al otro día a la ciudad de Magdalena, por lo que son muchos los que cumpliendo también con un favor que pidieron a San Francisco, colocan puestos a los costados de las rutas, para dar la ayuda a todos aquellos que realizan la caminata de fe.
Motivados por el sentido de ayudar a los demás a cumplir su meta y de esa forma participar en esta celebración de la fe por medio del apoyo mutuo, la familia Silvain, año con año coloca una estación de revitalización para los peregrinos casi al final de las conocidas como “Curvas de Quijano”, donde ofrecen a todo aquel que lo necesite, alimento, cuidados básicos de salud, así como dulces y una palabra de aliento para que puedan continuar con el viaje, en este punto donde técnicamente se encuentran a la mitad de su recorrido.
“Fue por manda primero empezamos con mi hermano, que por ahí anda, entonces nos unimos a él a apoyarlo, de ahí empezamos a hacer como una tradición y como nosotros, con agradecimiento por lo bueno o malo que nos pase en la vida y pues para apoyar a la gente, porque si nos damos cuenta, que hay mucha gente que viene sola, mucha gente que no tiene el apoyo de nadie, entonces, si de repentes, pues un vasito de agua o café, pues esta más que bien recibido sobre cuando vienes bien cansado”, comentó.
El caminar por tanto tiempo no es fácil, sobre todo en las carreteras sonorenses de noche, ya que no es solo el cansancio que pega a los peregrinos, las bajas temperaturas, en algunas zonas la falta de iluminación y en otras la irresponsabilidad de algunos automovilistas que, a pesar de ver a las personas con sus chalecos reflejantes, luces y otra indumentaria, circulan a una velocidad no apta para el tráfico que se tiene en los tramos recorridos por los creyentes.
Por este motivo desde el pasado 23 de septiembre, autoridades de los tres niveles de gobierno han implementado un operativo que consta de constantes recorridos de vigilancia por los lugares en donde se sabe que hay numerosas personas caminando a las orillas de la cinta asfáltica, contabilizando hasta el corte de este domingo alrededor de 8 mil peregrinos, cifra que esperan aumente este lunes y martes, ya que se pronostica que este lunes arriben al menos 19 contingentes importantes de la tribu Tohono O´dham a Magdalena.
Sin duda una de los tramos con mayor número de ayuda y en donde la fe puede empezar a perder fuerza, es el que se encuentra entre el municipio de Ímuris y la Mesa, en donde existen una gran cantidad de personas quienes prestan ayuda a los demás, para que continúen por los caminos difíciles de esos lugares hasta el altar de San Francisco, por lo que es momento de descansar, comer algo y seguir, como lo hizo Víctor Domínguez.
El señor Domínguez, junto a un grupo de sus familiares, tiene 25 años realizando el viaje de fe desde la ciudad minera de Cananea, y declaró que mientras este en sus posibilidades seguirá con la tradición de cumplir con su manda, la cual inició por su hija, por quién en su momento le pidió a San Francisco por un nacimiento saludable, ahora ella también lo acompaña para cuidarlo.
“Llegando hay que ir a ver a San Francisco, levantarlo darle un besito, darle gracias y pedirle lo que le va a pedir, o darle agradecimiento por todo, yo tengo cuantos años mija, 25 años llevo, viniendo”.
Al llegar a Magdalena los peregrinos son bienvenidos por una fiesta popular, la cual no se había instalado por cuestiones de pandemia los últimos dos años, sin embargo en este 2022, el ambiente que se vive, es de júbilo y son cientos, por no decir miles, los que se arremolinan en la plaza principal y en las inmediaciones de la iglesia de Santa María Magdalena, pero sobre todo, esperan su turno para esta frente a San Francisco Javier, quien por cuestiones de seguridad se encuentra en un féretro, al que los creyentes pueden acercarse, hacer una pequeña oración y preguntarle si cumplieron o no con la manda.
Según el propio personal de la iglesia, hasta el 5 de octubre, la capilla de San Francisco se encontrará abierta al público las 24 horas, así como los días 8 y 9, de la misma forma el 3 de octubre, se tendrá una misa en punto de las 18:00 horas, y a partir de las 21:00 horas, se tendrá una celebración de vigilia con la presencia del Monseñor arzobispo Ruy Rendon Leal.
Para el 4 de octubre, se oficiarán celebraciones de eucaristía a las 7:00, 10:00, 12:00 y 18:00 horas, con lo que se declararán como terminadas las acciones de la parroquia, sin embargo, la celebración en los espacios cercanos, continuarán por el resto de la semana.
Según el informe de la Coordinación en su zona norte de Protección Civil estatal, hasta el momento el saldo ha sido blanco para cualquier incidente de consideración, tan solo se han reportado hasta el momento, incidentes menores, los cuales han sido ocasionados por los efectos del largo recorrido que algunas personas han realizado o un mal acondicionamiento físico, situación que esperan que se mantenga, hasta el próximo fin de semana.
Al final lo que la celebración engloba hace evidente, la confianza que muchos peregrinos expresan hacia la figura del santo patrono de Magdalena, norte de Sonora y Sur de Arizona, San Francisco Javier, la cual de acuerdo a sus testimonios, les hace superar miedos, trabajos, peligros e incertidumbres, todo esto apoyado en un sentimiento arraigado de fe, que los hace caminar más de 100 kilómetros, por al menos 14 horas, para llegar ante la representación misma de lo que en su momento solicitaron y se les concedió, sin importar que tan difícil era el pedido.

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