El acuerdo Sheinbaum-Trump: Un largo camino en la frontera entre México y Arizona
Este fin de semana largo se ha visto afectado por imprevistos en la frontera entre México y Estados Unidos, específicamente en los cruces fronterizos de Arizona; si bien la temporada de spring break está a la vuelta de la esquina, muchos viajeros se enfrentan a un panorama que podría afectar sus planes
Las largas filas en el cruce fronterizo de Lukeville-Sonoyta han generado preocupación entre quienes viajan entre México y Estados Unidos. El aumento en los tiempos de espera se atribuye a un refuerzo significativo de la seguridad en la frontera mexicana, como resultado de un acuerdo no oficial entre la presidenta Claudia Sheinbaum y el expresidente Donald Trump.
Con el objetivo de prevenir el flujo de fentanilo y otras drogas hacia Estados Unidos, 10,000 elementos de la Guardia Nacional han sido desplegados en puntos estratégicos a lo largo de la frontera. Este despliegue, que implica inspecciones más rigurosas de vehículos y pasajeros, ha provocado esperas de hasta cuatro horas en algunos cruces, según reportes de viajeros.
Octavio Maldonado, residente de Phoenix, Arizona, relató su experiencia el pasado fin de semana: “La espera fue de dos horas y media, pero todo transcurrió con orden y respeto por parte de la Guardia Nacional. Nos revisaron el vehículo y nos hicieron algunas preguntas de rutina.” A pesar del tiempo extra, Maldonado comprendió la situación: “Entiendo que están haciendo su trabajo y protegiendo la frontera.”
Sin embargo, la experiencia de Maldonado no refleja la realidad de todos los viajeros. Algunos reportan esperas aún más largas y situaciones más complejas. La incertidumbre prevalece para quienes planean cruzar la frontera en los próximos días, quienes deben considerar la posibilidad de retrasos significativos.
La situación plantea un dilema: el incremento de la seguridad, aunque necesario para combatir el tráfico de drogas, afecta directamente a los viajeros, generando molestias y alterando planes. El acuerdo tácito entre ambos gobiernos, aun sin confirmación oficial, se vislumbra como la raíz del problema, dejando un futuro incierto para los cruces fronterizos.