Cientos protestan contra la monarquía en Arizona
Este sábado, el ambiente en Phoenix y otras ciudades del país se ha cargado de una energía particular; no se trata de una festividad tradicional, sino de una ola de protestas que se extiende a lo largo y ancho de la nación, generando una atmósfera de tensión palpable
Un manto de tensión cubre Estados Unidos este sábado. Mientras el presidente Donald Trump celebra su cumpleaños número 79, una ola de protestas, bautizadas como "No Kings" (No Reyes), sacude al país. Desde la soleada Chandler, Arizona, hasta las grandes ciudades, miles de manifestantes expresan su rechazo a las políticas de la administración Trump, coincidiendo curiosamente con el 250 aniversario del Ejército. Las imágenes de las movilizaciones, que abarcan un espectro geográfico impresionante, pintan un panorama de profunda disidencia.
El detonante de estas protestas masivas son las recientes redadas de inmigración y el despliegue de la Guardia Nacional en Los Ángeles, donde se registraron violentos enfrentamientos. La decisión presidencial ha sido duramente criticada por gobernadores demócratas, quienes la califican de "alarmante abuso de poder". En contraposición, gobernadores republicanos en varios estados han movilizado también a la Guardia Nacional, prometiendo "tolerancia cero" a la violencia en las manifestaciones.
Impulsadas por el Movimiento 50501 (50 estados, 50 protestas, un movimiento), las protestas "No Kings" buscan defender la democracia y contrarrestar lo que sus organizadores consideran acciones autoritarias. La elección del sábado no es casual: además de coincidir con el aniversario del Ejército y el cumpleaños de Trump, se busca hacer contrapeso al multimillonario desfile militar planeado por el Presidente, cuyo costo se estima entre 25 y 45 millones de dólares y se espera atraiga a 200,000 personas.
"La bandera no le pertenece al presidente Trump. Nos pertenece a nosotros," es el contundente mensaje de la página web de "No Kings", que refleja el sentir de miles de manifestantes en casi 2,000 localidades de todo el país. Los organizadores, que prevén una participación masiva y llaman a la acción no violenta, defienden un mensaje claro: rechazo al autoritarismo, a las políticas que favorecen a los multimillonarios y a la militarización de la democracia estadounidense.
La magnitud de estas protestas, que se espera superen a cualquier otra desde el regreso de Trump al poder, hacen de este sábado un punto de inflexión en la tensa situación política del país. El futuro de la nación parece depender, en gran medida, del eco de las voces que hoy se levantan en este clamor por el cambio.