Chivas y Cibao FC empatan en thriller Concacaf
El futbol mexicano, siempre impredecible, nos regaló una noche llena de emociones encontradas. Un partido que parecía sentenciado, que pintaba para un descalabro monumental, terminó con un respiro agónico
El Estadio se estremeció. Un silencio sepulcral, roto solo por los latidos acelerados de miles de corazones, precedió a la locura que se desató en el minuto 99.
El Cibao FC, escuadra dominicana, había puesto contra las cuerdas al poderoso Guadalajara en la ida de la primera ronda de la Concacaf. Una victoria que parecía segura para los visitantes, forjada con una férrea defensa y un gol tempranero que dejó a las Chivas tambaleando.
La anotación, un golazo de Juan Díaz, llegó tras un error infantil de Roberto Alvarado. Un disparo fulminante que superó la estirada de Raúl Rangel, poniendo el 1-0 que enmudeció al estadio y desató la euforia en el bando visitante. El dominio del Cibao fue aplastante en la primera mitad, dejando a las Chivas sin respuestas.
La segunda parte trajo consigo la entrada de Alan Pulido, un regreso emotivo que, sin embargo, no logró romper la muralla defensiva del Cibao. Las Chivas, desesperadas, se lanzaron con todo al ataque, pero la precisión y la efectividad brillaron por su ausencia. La frustración era palpable en el ambiente.
Con la incorporación de Javier "Chicharito" Hernández el partido entró en una fase de caos controlado. El juego se volvió impreciso y las llegadas con peligro al arco rival fueron escasas. El tiempo se agotó, se agregaron nueve minutos de angustia, nueve minutos que parecieron una eternidad.
Y justo cuando la esperanza parecía desvanecerse, en ese instante extra, un milagro se produjo. Un centro desesperado, un remate acrobático, una conexión perfecta entre el destino y Luis Rey, culminó en el gol del empate. El 1-1 estalló en una liberación masiva. El estadio explotó en un mar de euforia.
El tanto, llegado en el 99', evitó una derrota que hubiera sido un golpe devastador para el orgullo del Guadalajara. Un punto que deja un sabor agridulce, pero que mantiene viva la llama de la esperanza para la vuelta. El Guadalajara tendrá que luchar con uñas y dientes, mientras que el Cibao FC, con un valioso punto en la mano, ya piensa en la revancha.
