Pochettino predice la dominación global del fútbol estadounidense
El fútbol mundial está en vilo. La expectativa por la próxima Copa del Mundo crece, y con ella, la atención sobre las selecciones participantes

El fútbol estadounidense está a punto de experimentar una revolución. No se trata solo de la organización del Mundial 2026, sino de una ambiciosa visión a largo plazo que podría cambiar el mapa del fútbol mundial. La llegada de Mauricio Pochettino como seleccionador ha inyectado una dosis de optimismo y ambición sin precedentes.
El impacto de Pochettino, más allá de su experiencia y prestigio, radica en su convicción inquebrantable en el potencial del talento estadounidense. Desde su nombramiento en septiembre, el argentino ha generado un cambio de paradigma, redefiniendo las expectativas y la mentalidad del equipo. Sus audaces afirmaciones sobre el dominio futuro del fútbol estadounidense en el escenario internacional no son simples declaraciones optimistas, sino una estrategia para generar confianza y presión a partes iguales.
“El potencial es enorme”, afirmó Pochettino en una reciente entrevista, “creo que podemos dominar el fútbol, tal vez en diez o 15 años, o quizás menos: cinco, seis, siete años”. Esta declaración refleja una profunda confianza en la capacidad de los jugadores estadounidenses, y una clara estrategia para construir un proyecto a largo plazo.
Sin embargo, la presión es un factor que Pochettino reconoce abiertamente. La expectativa del público, la responsabilidad de ser el país anfitrión del Mundial 2026 y, sorprendentemente, la influencia de la política estadounidense, juegan un papel crucial. La presión presidencial, según el propio Pochettino, es un elemento más que se suma a la dinámica del equipo: “Ahora nuestro presidente (Trump) le gusta ejercer presión, pero es bienvenido. Eso significa que vamos a sentir la adrenalina que necesitamos sentir. Estamos listos para rendir”.
Una anécdota interesante revela la interacción entre Donald Trump y Gianni Infantino, presidente de la FIFA. Durante una visita a la Casa Blanca, Trump consultó a Infantino sobre las posibilidades de Estados Unidos en el Mundial. La respuesta, según Pochettino, fue decepcionante: “Gianni dijo que sí, pero me decepcionó esta respuesta. Debería haber dicho: ‘Necesitas preguntarle a tu gran entrenador, Pochettino’. Porque seguro que él puede dar una mejor opinión”.
La ambición de Pochettino trasciende los resultados inmediatos. Su proyecto no se limita a la próxima Copa del Mundo, sino que se extiende a una visión estratégica de futuro, con el objetivo de consolidar el dominio del fútbol estadounidense a nivel global. Su liderazgo, su confianza y las expectativas generadas auguran un futuro apasionante para el fútbol norteamericano, con Pochettino como el arquitecto de esta prometedora revolución.