Miguel Franco plasma en la pantalla sus peores temores

Miguel Franco plasma en la pantalla sus peores temores

CDMX

El director mexicano Michel Franco plasma en la pantalla uno de sus peores temores con Memory, un absorbente drama en torno a la demencia senil con Jessica Chastain y Peter Sarsgaard.

“Uno de mis miedos mayores es perder la cabeza. Por eso el interés de explorar la demencia” explica Franco en entrevista antes de presentar esta película, que ha escrito y producido, como todas sus obras anteriores.

Chastain interpreta a una enfermera soltera y ansiosa que acude a una reunión de exalumnos de secundaria. A la salida, un hombre (Peter Sarsgaard) la sigue hasta su casa, y su vida da un vuelco dramático.

Michel Franco lleva dos décadas explorando temas ordinarios como la maternidad (Las hijas de Abril), las relaciones sociales en México (Nuevo orden) o las enfermedades terminales (Chronic), pero desde puntos de vista que tienen la angustiante particularidad de desequilibrar al espectador.

Pero sus películas no nacen como temas, precisa.

“No me planteo los guiones en términos de tópicos”, dice.

“Chronic salió por ver a la enfermera que trabajaba con mi abuela, la tenía ahí enfrente todos los días”, indica.

En el caso de esta nueva película, “lo primero que me llegó a la mente es el momento en que en una reunión escolar un personaje sigue a otro. No sabía por qué ni quiénes eran. Pero eso fue lo primero que se me ocurrió”, explica.

Ganador del premio del jurado en Venecia en 2020 por Nuevo orden, este director de 44 años y aspecto juvenil escribe primero el guion de un tirón, y luego se documenta para evitar errores.

“Si no fuera así, no escribiría con libertad. Pero en este caso mi instinto fue el correcto. Lo que había escrito más o menos tenía bastante sentido” al final del proceso, explicó.

Memory no solamente aborda el tema de la demencia en alguien de mediana edad, sino también el incesto, y la soledad en la sociedad estadunidense.

Con diálogos precisos, tallados con bisturí, pero también con planos y detalles visuales que no precisan palabras.

“Hay escenas como la de la confrontación familiar donde el diálogo es elemental y no había otra manera de resolverlo. Pero todo lo que puedo lograr sin diálogo, mejor. La regla es ‘menos es más’”, explica.

EVITAR LOS LUGARES COMUNESFranco desequilibra porque sus personajes se alejan de los lugares comunes.

En Las hijas de Abril (2017), la actriz española Emma Suárez interpreta a una madre enérgica que acude en ayuda de su hija adolescente, embarazada, pero que acaba cometiendo un daño irreparable.

En una época de reivindicación de mujeres fuertes, el tema de la madre monstruosa reaparece en Memory.

“No sé qué porcentaje de los padres fracasan. Hacen un terrible trabajo, pero es un porcentaje, no sé si mayoritario…”, reflexiona.

“Pero trato de no verlas como villanas, porque entonces es poco interesante”, añade.

“Me interesan las personas rotas, que no han terminado de inventarse del todo. Las personas con inseguridades, con miedos, me dan más confianza que las que piensan que lo tienen todo claro”, asegura.

Ese cine de autor ha atraído tanto a estrellas mexicanas como de Hollywood, un lugar en el que Franco espera no trabajar nunca.

“Yo donde me siento cómodo es en Ciudad de México. Hay menos reglas. Lo que interesa mucho de Estados Unidos son los actores. En México hay buenos actores, pero las grandes ligas están en Nueva York, en Los Ángeles”, explica.

“Nunca trabajaría en Hollywood”, asegura con rotundidad. “Jamás trabajaría para un estudio donde no tengo el corte final de mi película”.