The Weeknd baja la luna y las estrellas
CDMX
Hace cinco años que The Weeknd no había pisado de nueva cuenta un escenario en la capital del país, pero el Foro Sol recibió una dosis de música increíble y una producción en donde la luna y las estrellas, junto al canadiense, fueron las anfitrionas enloqueciendo a 65 mil personas que se dieron cita para ser parte de la gira After Hours Til Dawn.
Una gran estatua plateada ubicada al final de la pasarela recibió a los asistentes al Foro Sol en tanto tomaban sus lugares, mientras la luna, esa que The Weeknd trajo con su show, se pintaba de rojo.
Así, en medio de lo que sería un ambiente apocalíptico en el que el escenario recordaba una ciudad posdesastre en la que había llamaradas, el canadiense apareció ataviado con una túnica negra que retiró al tiempo que usaba un casco plateado que, sin duda, recordaba a Robocop. Fue entonces cuando La Fama hizo los honores para comenzar la velada que con Party Monster y Take My Breath hizo vibrar a los miles de fans de The Weeknd.
“Buenas noches, Ciudad de México. Hoy nos vamos a divertir, así que levanten las manos… levanten las manos, uno, dos, tres”, contó el canadiense antes de que Sacrifice, un remix de Swedish House Mafia, hiciera que el público saltara cimbrando el terreno del recinto de la alcaldía Iztacalco.
El músico de 33 años no escatimó en creatividad para su producción y para darle un show difícil de olvidar a sus fans. El escenario no sólo era al frente, sino que todo el espacio se pensó para ser usado durante el show.
Todos los asistentes recibieron a la entrada al Foro una pulsera que instantáneamente los convirtió en parte de la impresionante producción que The Weeknd desplegó en su regreso a suelo mexicano. Sincronizadas con el diseño de iluminación, las pulseras encendían al color y ritmo que la música les indicaba.
A The Weeknd se le hizo buena idea dividir el Foro en dos partes, derecha e izquierda, y así descubrir con How Do I Make You Love Me? cuál de los dos lados estaba más prendido mientras levantaban las manos y bailaban.
El escenario del canadiense era diferente, no había una boca con un techo lleno de luces, sino que era una gran imagen de ciudad que cambiaba de tonalidades y un despliegue de cientos de luces que apuntaban al público, a la vez que la luna en medio de la pista del recinto bailaba y se tornaba blanca mientras Can’t Feel My Face volvía locas a las personas.
Lost In The Fire le dio al público un momento de deleite visual cuando las pulseras se encendieron en tonos azules, violetas y blancos, convirtiéndose en las estrellas que brillaban alrededor de la luna, mientras que la verdadera luna observaba todo desde su lugar en el cielo.
Así llegó el momento para que Abel Makkonen Tesfaye, nombre real del artista, incendiara de forma literal el escenario y la pasarela mientras Hurricane, un cóver del cantante antes conocido como Kanye West, resonara en las voces del público, dándole paso a The Hills.
Kiss Land, Often, Crew Love —cóver de Drake— y Starboy tuvieron su momento en la primera noche del canadiense en la CDMX, en donde el escenario tenía perfecta armonía de colores con el público, la luna, el ejército de bailarines y la música.
The Weeknd se dejó querer y emocionar por la ovación del público se llevó su mano al corazón en varias ocasiones antes de que recibiera otra sorpresa de sus fans. En cuanto comenzaron a sonar las primeras notas de House Of Ballons, el fandom que se organizó desde antes sacó pequeños globos blancos que acompañaron la canción.
Heartless tiñó el recinto en tonalidades verdes que viraron a amarillo con Low Life, mientras la estatua plateada con su visión de luz giraba en su eje observando a todos los fans en cada tema.
Y la sorpresa y emoción llegó después de Reminder, cuando las primeras notas al piano de Circus Maximus estremecieron al público que después de casi una hora de concierto pudo ver la cara de The Weeknd cuando retiró el casco que había estado utilizando e incendió de nueva cuenta la ciudad en el escenario a la par que los láseres rebotaban en el techo de las gradas. La noche aún es muy joven, Ciudad de México. Hagan ruido, allá, los de atrás, los quiero ver”, lanzó antes de que Earned It hiciera cantar al público a grito abierto, misma que llegó después de Faith y After Hours.
En Out of Time, el canadiense no dudó en bajar de su larguísima pasarela e ir a cantar con sus fans… no hasta adelante del escenario, sino con aquellos que adquirieron boletos en general B, así que la división de secciones, justo debajo de la luna, se convirtió en el lugar privilegiado donde miles cantaron I Feel It Coming.
Die For You le arrancó una a una las palabras a los fans que cantaron con Tesfaye; sólo hubo un breve momento para tomar un traguito de agua, refresco o cerveza y seguir cantando con Is There Someone Else? y Wicked Games.
Cada una con su tiempo, su momento y cadencia, llegaron canciones como Call Out My Name y The Morning, que sólo fueron el preámbulo de la descarga de energía que llegó con Save Your Tears, Less Tha Zero y el éxito Blinding Lights, que básicamente reventó el lugar.