Karol G se cura con rumba en el Estadio Azteca

Mañana Será Bonito Tour tuvo su primera fecha en CDMX

Karol G se cura con rumba en el Estadio Azteca

CDMX

En 2019, Karol G no llenó el Pepsi Center WTC, anoche, 80 mil personas hicieron que la noche fuera ideal para ella en el Estadio Azteca. Y es ahí cuando puede decir: ¡Qué bonita es la vida!

Dejó de ser una estrella en ascenso para consolidarse como una Bichota hecha y derecha, un símbolo de empoderamiento femenino. ¿A poco, no? A las 21:30 horas llegó para defender el trono arrancando su presentación con TQG, que hizo junto a Shakira.

La Bichota hizo así su entrada triunfal, apareciendo por debajo del escenario en elevador, luciendo un body transparente con brillos plateados que combinó con unas botas de peluche blanco, gafas oscuras y, por supuesto, una melena rosa.

“¡Hey, México! No puedo creer que estamos empezando este tour de Latinoamérica acá. Siempre he sido de las que dicen que disfrutarse la vida de la mejor manera depende de uno, así que: ¿venimos a pasar la noche más chimba, sí o no?”, preguntó.

Para el primer set, la cafetalera se acompañó de un grupo de bailarinas y una escenografía que incluyó montaña de hielo y una escultura de una sirena hecha hielo, representando la época en la que se le congeló el corazón.

El barco, X si volvemos, Tusa y Amargura formaron parte de esta parte de despecho que, pese a las letras de dolor y venganza, puso a todo su público a bailar, lo que la hacía sonreír de oreja a oreja.

Para la segunda parte, la animación de una mariposa le mostraba a Carolina el camino para descongelar su alma y encontrar su fuego interno.

Desde las entrañas de un tiburón, la Bichota entonó temas como Una noche en Medellín y Sejodioto, Bichota, El makinon y Qlona, luciendo ahora un look más atrevido con mini- falda, un top con un corazón alojando la bandera mexicana, además de orejeras y calcetas largas.

El set incluyó coreografías en las que la colombiana y su grupo de bailarines lucieron el meneo de caderas, contagiando a sus fans que seguían eufóricos los pasos, inaugurando así la Bichota season con el perreo a todo lo que da.

Después del despecho y la seducción, llegó el romance. Y montada en una nube, luciendo un vestido entallado de diamantes y una flor enorme también de brillantes, Carolina entonó uno de sus mayores éxitos: Ocean, escrito durante su noviazgo con Anuel AA, pero que aprovechando el momento ahora se lo dedicó a su fan Tony, quien la siguió por todo el mundo desde que arrancó su carrera y que desafortunadamente falleció.

Junto a un grupo de mujeres músicas, la cantante también interpretó otras canciones como Pero tú, Mercurio, A ella y Créeme, el primero con el que una pareja aprovechó para proponerse matrimonio, gesto que conmovió a la intérprete que los felicitó formando un corazón con las manos y con el último finalmente decidió sentir de cerquita el calor de su público, bajar, caminar entre barricadas y grabar historias de Instagram y selfies.

“Bueno, México, ¿estamos listos para el perreo?”, pronunció antes de salir para preparar su despedida que, adelantó, estaría lleno de canto y rumba hasta para llevar.

A su regreso, el arco que enmarcaba su escenario se prendió como arcoíris dando pie a Mientras me curo del cora.

A ella la acompañaron sus músicos y bailarines, quienes también cargaron de energía el lugar.

“Yo sé que muchos vinieron a cantar este tema conmigo y quiero decirles que todo va a estar bien, que confíen”, compartió.

Tal como lo advirtió, para ésta última parte hubo hits para cantar a todo pulmón, como su más reciente éxito Mi ex tenía razón, que fue el que más emocionó a los fans y fue coreado con una euforia que resonó por todo el estadio, así como 200 copas, con el que hasta se echó un shot con sus fans, y Mami.

Y finalmente para bailar con Cairo y Provenza, hit que cerró la noche a las 23:50 con los ánimos y las manos por lo alto, con una audiencia que entre fuegos artificiales coreaba “¡Bichota!” al unísono, agradecidos por la entrega de la colombiana en su primer show.

¡QUÉ BONITO DÍA!No era ni mediodía y dos fanáticas se hicieron virales por pelearse por un boleto de reventa.

Horas antes de su presentación, el caos y tráfico vial permeó los alrededores del Coloso de Santa Úrsula.

Era una fiesta para tanto seguidor, pero, al mismo tiempo, el circo lo armaron los revendedores, quienes sorprendieron incluso a la propia intérprete con su ingenio en la mercancía no oficial que ofrecían a las afueras del lugar.

“La merch local es lo más lindo que vi”, público la cantante en su Instagram horas antes del show.

Pese a que la intérprete maneja una mercancía bastante variada en su sitio web y trajo algo a su tienda física montada en el lugar, la piratería tiene un ingenio que nadie puede resistir. Y combatirlo es hasta contraproducente, porque se pierden de diseños únicos.

Tazas, termos, gorras, bolsas, cobijas, almohadas, llaveros, veladoras y stickers con las caricaturas que creó para este disco, además de prendas y objetos con las leyendas de “la Bichota season” y “Santa Karolina”.

Había de todo y para todos, pero si eso no fuera suficiente, sus fans se encargaron no pasar inadvertidos y cada uno llevaba un outfit alusivo a su diosa, que iban desde pantalones holgados, coloridos y crops con brillantes, hasta chamarras con sellitos bordados o parches del álbum, incluso diseños creados por ellos mismos, agregando detalles más elaborados como peinados y pelucas apegados al estilo de la colombiana.

Todo aquello hacía evidente una sola cosa, que por tres noches aquel estadio dejaba de ser hogar de las Águilas del América, y pasaba a ser la fortaleza de puras Bichotas.