El Chimpancé Cantante: Una Ópera Primate
¿Alguna vez te has preguntado qué pasaría si la biografía de un ícono musical se contara desde una perspectiva…primitiva? Olvida las típicas películas biográficas llenas de clichés; prepárate para algo completamente diferente
Un chimpancé digital, esa es la sorprendente elección para retratar la vida del icónico cantante Robbie Williams en la nueva película Better Man, ya en cartelera. La decisión, según el propio Williams, refleja su autopercepción: un sentimiento de no encajar, de sentirse "menos evolucionado". Esta peculiar interpretación no solo ha generado polémica, sino que ha catapultado la película a un éxito inesperado.
Dirigida por Michael Gracey (The Greatest Showman), la película abarca desde la infancia de Robbie, cantando My Way con su padre Peter (interpretado por Steve Pemberton), hasta su ascenso meteórico con Take That y su posterior carrera en solitario. Se presentan momentos cruciales, incluyendo su lucha contra la adicción a la cocaína, su compleja relación con su manager Nigel Martin Smith (Damon Herriman), su compañero de banda Gary Barlow (Jake Simmance) y su romance con Nicole Appleton (Raechelle Banno).
Jonno Davies, a través de la captura de movimiento, da vida al simio Robbie, mientras que la voz y las canciones son, por supuesto, las del mismísimo Williams. La película destaca por su audaz estilo visual, con escenas musicales surrealistas e impactantes que reimaginan momentos clave de su carrera.
Desde un concierto repleto donde Robbie-chimpancé vuela boca abajo, hasta un salto desde un autobús en Regent Street o una interpretación de Come Undone bajo el agua, Better Man ofrece una experiencia visualmente deslumbrante. La mítica pelea con Liam Gallagher de Oasis, y la extravagante escena de Rock DJ, también forman parte de esta reinterpretación única de la vida de Williams.
El clímax llega con un concierto en el Royal Albert Hall en 2003, donde la versión simio y la humana de Robbie parecen reconciliarse, dejando al espectador con una sensación ambivalente: sorpresa, diversión y una profunda reflexión sobre la identidad y la percepción propia. La película, que se centra solo en una parte de la vida de Williams, finaliza con un claro mensaje: ¡hay mucho más por contar!