Adiós a Aldo Eduardo Quiroga Estruch, ícono de las telenovelas mexicanas
El mundo del espectáculo mexicano, siempre vibrante y cambiante, ha registrado recientemente dos pérdidas que han conmovido a la industria
La televisión mexicana está de luto. Un pilar fundamental, aunque quizás desconocido para muchos, se ha ido. La partida de Aldo Eduardo Quiroga Estruch, confirmada por la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM) el pasado 7 de enero, ha dejado un vacío en el mundo de las telenovelas.
El legado de Quiroga Estruch trasciende generaciones. Sus historias, llenas de drama, romance y momentos inolvidables, marcaron la infancia y la vida adulta de muchos mexicanos. Telenovelas como "El Abuelo y Yo" y "Valeria y Maximiliano" son solo algunas de sus obras maestras que perduran en la memoria colectiva. Su talento se plasmó a lo largo de décadas, adaptándose a la evolución de las narrativas en las telenovelas mexicanas, colaborando con grandes nombres de la industria como Carlos Sotomayor, Pedro Damián y José Rendón. Su nombre también se encuentra ligado a producciones como "Ángeles sin paraíso", "Sentimientos ajenos" (1997) y "Amada Enemiga".
La influencia de Quiroga Estruch en la pantalla chica es innegable. Su trabajo, un fiel reflejo del cambio social y cultural de México, contribuyó a la consolidación de un género icónico. Más allá de los reconocimientos públicos, su legado se encuentra en el corazón de millones de televidentes que crecieron con sus historias.
Aunque el anuncio de su fallecimiento llegó con retraso, la noticia impacta profundamente a la comunidad artística. La SOGEM, a través de un conciso pero emotivo comunicado, lamentó la partida de su socio y amigo, dejando un mensaje final de despedida: “Descanse en paz, Aldo Eduardo Quiroga Estruch.”