La herencia de Silvia Pinal: un testamento en litigio

El mundo del espectáculo mexicano sigue hablando de la emblemática Silvia Pinal, incluso después de su partida. Su legado, más allá de las icónicas películas y programas de televisión, deja un misterio que mantiene en vilo a muchos: la distribución de su herencia

La herencia de Silvia Pinal: un testamento en litigio

Un giro inesperado en el caso de la herencia de Silvia Pinal ha generado un retraso considerable en el proceso de lectura del testamento. La muerte del notario que certificó el documento, un hecho recientemente revelado por la periodista Martha Figueroa en su programa Con permiso, ha sumido a la familia en una nueva ola de incertidumbre.

Fuentes cercanas al caso indican que este imprevisto obligará a un nuevo notario a asumir la responsabilidad, lo que, según se estima, demorará el proceso por al menos tres meses. Esto significa que la lectura del testamento, inicialmente prevista para una fecha próxima, se pospondrá hasta mediados de abril de 2025, generando malestar entre algunos miembros de la familia Pinal impacientes por conocer el contenido.

La tensión familiar se palpa desde la reunión de diciembre de 2024, celebrada poco después del fallecimiento de la actriz el 28 de noviembre. Según trascendió, la reunión, convocada por María Elena Galindo “La Gordita”, albacea tras el deceso de su hermana Tina Galindo, culminó en fuertes desacuerdos entre los presentes. Rumores sobre una lectura anticipada del testamento fueron desmentidos por los familiares involucrados.

La fortuna de Silvia Pinal, construida a lo largo de una destacada carrera en el cine y la televisión, es motivo de mucha especulación. Sin embargo, declaraciones de Efigenia Ramos, ex asistente de la actriz, sugieren que Pinal tomó previsiones para asegurar el bienestar de todos sus familiares, incluyendo a su nieta Frida Sofía, a pesar de las complejas relaciones familiares.

El nuevo notario deberá emprender una rigurosa investigación para validar la autenticidad del testamento, añadiendo una capa de complejidad a un proceso ya de por sí delicado. Mientras la familia espera con incertidumbre la resolución del caso, los detalles exactos del fallecimiento del notario, incluyendo la fecha y las causas, permanecen bajo reserva.