Karely Ruiz se burla de las críticas a su cuerpo tras el parto
El mundo digital, especialmente en México, es un hervidero de opiniones. La vida de las figuras públicas, constantemente expuesta, se convierte en un campo de batalla donde las críticas se mezclan con la admiración

Las redes sociales, un espacio que a menudo magnifica las inseguridades, se han convertido en el escenario de un debate sobre la imagen corporal femenina, un debate que ha involucrado recientemente a una figura pública muy conocida.
Se trata de Karely Ruiz, la popular influencer regiomontana, quien tras el parto de su hija Madison, ha enfrentado una ola de críticas sobre los cambios en su figura. El origen de la controversia fueron un par de videos publicados el 9 de mayo, donde aparece junto a Poncho de Nigris en un gimnasio, imágenes que desataron una avalancha de comentarios, muchos de ellos negativos y centrados en su apariencia física.
Con firmeza y madurez, Karely ha respondido a las críticas a través de sus redes sociales. Su mensaje, directo y contundente, refleja autoaceptación y resiliencia. "Wey, como les encanta criticar cuerpos ajenos... ya sé que tengo las patas de pollo, es un proceso y llevo 3 meses posparto," escribió, mostrando una actitud de empoderamiento ante la presión estética.
La influencer, lejos de ignorar los cambios en su cuerpo, reconoció abiertamente la transformación física tras el embarazo, afirmando su compromiso con una recuperación saludable a través del ejercicio. "Aún así trato de comer bien y entrenar para mejorar mi cuerpo operado. Es una meta que tengo, aumentar masa muscular que sé que lo voy a lograr," añadió, demostrando su determinación y enfoque en su bienestar.
Más allá de la defensa personal, Karely lanzó un llamado a la sororidad, criticando la falta de apoyo entre mujeres. "Y las que me tiran todas quien sabe cómo... [..] me duele que entre chicas nos tiramos, yo siempre las apoyo," enfatizó, promoviendo la empatía y el respeto mutuo en lugar de la crítica destructiva.
Para acelerar su proceso de recuperación, Karely ha invertido en un gimnasio en su casa, mostrando un compromiso real con su bienestar físico y mental. Esta decisión subraya la importancia que le otorga a su salud, por encima de las presiones estéticas impuestas por las redes sociales. Recalcó la realidad de la recuperación postparto, un proceso que, según explicó, dura un año, un detalle a menudo ignorado en los juicios superficiales de la era digital.
Su mensaje final es un llamado a la comprensión y la empatía, un mensaje que resuena más allá de las críticas: "No puedo adelantan a ponerme buenísima de un día a otro; estoy harta de que me tiren, todo lo que hago les molesta." La historia de Karely Ruiz nos recuerda la importancia de la empatía, la autoaceptación y el valor de una recuperación postparto saludable, libre de presiones externas.