Jujuy: Cazzu exige justicia por el femicidio de Tamara Fierro

El éxito internacional a veces eclipsa realidades crudas. La vorágine de conciertos multitudinarios, firmas de autógrafos y el eco de una carrera musical en ascenso pueden opacar las historias que aún claman justicia en los rincones más alejados del escenario

Jujuy: Cazzu exige justicia por el femicidio de Tamara Fierro

La tranquilidad de Fraile Pintado, Jujuy, se vio brutalmente interrumpida por el femicidio de Tamara Fierro, una joven de 29 años, conmocionando a la comunidad y generando una ola de indignación que resonó hasta en los escenarios internacionales. La noticia llegó a oídos de Cazzu, la reconocida cantante argentina, quien, a pesar de su reciente éxito en el Auditorio Nacional de México, no pudo permanecer ajena a la tragedia que golpeó a su pueblo natal.

“Mi querido Fraile Pintado, el lugar donde me crié, es escenario de un horror inimaginable. El femicidio de Tamara es una herida abierta que nos marcará para siempre,” expresó Cazzu en un emotivo mensaje en redes sociales que rápidamente se viralizó, convirtiéndose en un llamado a la acción contra la violencia de género en Argentina.

El hallazgo del cuerpo de Tamara, calcinado en un basural, dos días después de su desaparición (el 24 de mayo), desató una profunda conmoción. La detención de Diego Castro Guerrero, acusado de "homicidio calificado por mediar violencia de género y ensañamiento", y Esteban Pérez, imputado por "encubrimiento agravado", ofrece un pequeño consuelo en medio del dolor, aunque insuficiente para la comunidad.

Cazzu, más allá de expresar su dolor y solidaridad, denunció la respuesta institucional a las protestas por justicia: “Tres femicidios en Jujuy en 20 días, y la policía reprime a quienes exigen justicia… ¿Quién dio la orden? ¿Por qué?,” cuestionó la artista, exigiendo respuestas y mayor protección para las mujeres en un sistema que, según ella, “encubre violaciones, tráfico de mujeres e infantil, y protege el narcotráfico.” El hashtag #JusticiaporTamaraFierro se convirtió en un símbolo de la demanda colectiva por justicia y el fin de la impunidad.

El caso de Tamara Fierro se suma a la alarmante estadística de femicidios en Argentina, una realidad que trasciende las fronteras y las esferas del espectáculo. La voz de Cazzu, amplificada por su alcance, se convierte en un grito de alerta, un llamado urgente a la sociedad y a las autoridades para prevenir futuras tragedias y garantizar un futuro sin violencia para las mujeres argentinas. El camino hacia la justicia para Tamara es largo, pero la indignación y el clamor por un cambio real se escuchan con fuerza.