Yalitza Aparicio: De Oaxaca a Hollywood

La vida en la capital mexicana a menudo presenta contrastes sorprendentes. Para muchos, representa la oportunidad de alcanzar sueños; para otros, un choque cultural que cuestiona las creencias más arraigadas

Yalitza Aparicio: De Oaxaca a Hollywood

Yalitza Aparicio, la actriz oaxaqueña que brilló en la pantalla grande con Roma, ha recorrido un camino complejo desde su nominación al Oscar. Su ascenso meteórico, catapultado por la aclamada película de Alfonso Cuarón, la llevó a un viaje introspectivo, una exploración profunda de su propia identidad en un mundo a menudo insensible a la diversidad.

En la tranquilidad de su Oaxaca natal, la imagen que Yalitza tenía de sí misma era sencilla y pura. "Recuerdo que en mi infancia, veía a las jugadoras de basquetbol de Pinotepa Nacional, con su piel más oscura que la mía, y soñaba con tener su fuerza, su agilidad, su destreza en la cancha", recuerda la actriz. Para ella, esa piel representaba potencia, un ideal de belleza diferente al que luego enfrentaría.

La Ciudad de México, con su ritmo frenético y sus realidades contrastantes, le presentó una dura lección. El encuentro con los prejuicios raciales la obligó a confrontar la imagen idealizada que ella misma había construido en su niñez. Comentarios hirientes y miradas cargadas de estereotipos pusieron a prueba su autovaloración y la forzaron a redefinir su concepto de belleza.

Hoy, Yalitza Aparicio, más allá de su éxito en el cine, es una figura pública comprometida con la educación y la justicia social. Como embajadora de buena voluntad de la UNESCO, su voz resuena con fuerza, inspirando a quienes buscan superar los obstáculos de la discriminación y construir una sociedad más inclusiva. Su historia es un ejemplo de cómo la resiliencia y la autoaceptación pueden convertir las adversidades en oportunidades de crecimiento.

Su viaje, desde la admiración infantil por la fuerza física representada en un tono de piel, hasta su lucha actual por la igualdad, es un poderoso mensaje que supera los límites de la pantalla y se convierte en un faro de esperanza para las nuevas generaciones.