Siete heridos en incendio del Bronx en Wallace Avenue
Madrugada en el Bronx. El silencio de Allerton se vio interrumpido por el rugido de las llamas
Un silencio sepulcral, roto solo por el crujir del fuego y el silbido de las mangueras, envolvía la Wallace Avenue. No había un destello anaranjado previo, sino una súbita y aterradora explosión que sacudió los cimientos del edificio de apartamentos. Alrededor de las 2 am, un infierno de quinta alarma se desató, consumiendo el inmueble desde su interior. El rápido avance de las llamas, alimentadas por materiales inflamables, convirtió la estructura en una trampa mortal en cuestión de minutos. Un bombero, aún con el rostro ennegrecido por el humo, relataba: "Entramos y el calor era insoportable. La visibilidad era nula, era como navegar a ciegas en un mar de fuego."
El saldo: siete heridos, cinco de ellos bomberos, valientes luchadores contra un enemigo invisible y despiadado. El drama se intensificó con el traslado de cinco personas a hospitales cercanos, mientras la solidaridad vecinal se manifestaba en la ayuda inmediata a los residentes afectados, albergados temporalmente en una escuela primaria próxima al lugar. La evaluación de daños materiales y el recuento exacto de desplazados aún están en proceso.
Las investigaciones apuntan a una posible falla eléctrica como detonante del incendio, aunque todas las hipótesis permanecen abiertas mientras se analizan las pruebas recolectadas en la escena. La labor de las autoridades continúa, buscando respuestas en medio de los escombros y las cenizas, mientras la comunidad se une para reconstruir lo perdido y ofrecer consuelo a las familias afectadas.
Más allá de las estadísticas y los informes, perdura la imagen de valentía y sacrificio de los bomberos, el recuerdo del pánico y la desesperación, y la necesidad urgente de reconstruir vidas y hogares. La tragedia en Wallace Avenue nos recuerda la fragilidad de la existencia y la fuerza inquebrantable del espíritu humano ante la adversidad.