Caro Quintero se declara inocente en corte de Nueva York
El fundador del Cártel de Guadalajara enfrenta cargos por narcotráfico, crimen organizado y asesinato; podría recibir cadena perpetua o pena de muerte
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La corte federal del Distrito Este de Nueva York vibró ayer con la presencia de Rafael Caro Quintero, el legendario cofundador del Cartel de Guadalajara. Acusado de narcotráfico, organización criminal, uso de armas de fuego y asesinato, el "narco de narcos" se declaró no culpable ante los cargos que podrían condenarlo a cadena perpetua o incluso la pena de muerte, según el Departamento de Justicia de EE.UU. La escena, cargada de tensión, estuvo lejos de pasar desapercibida.
El despliegue de seguridad fue impresionante: más de un centenar de agentes de la DEA, junto a decenas de funcionarios del Departamento de Justicia y una nutrida representación de medios internacionales, se congregaron para presenciar la lectura de cargos. La expectación era palpable, especialmente considerando la larga huida de Caro Quintero y la importancia del caso para las agencias antidrogas estadounidenses.
“Después de cuatro décadas, el responsable del asesinato del agente de la DEA Enrique ‘Kiki’ Camarena enfrenta finalmente a la justicia estadounidense”, declaró la fiscal Saritha Komatireddy. “Su fuga por las zonas rurales de Sinaloa no fue obstáculo para el brazo largo de la ley”, agregó, destacando la dedicación de la investigación que llevó a la captura y extradición del septuagenario capo.
Vestido con un camisón naranja de presidiario y una camisa azul encima, Caro Quintero, visiblemente esposado y custodiado por cuatro alguaciles, asistió a la breve audiencia de apenas 15 minutos. Con un simple “sí, señor” respondió a las preguntas del magistrado Robert M. Levy, sin ejercer su derecho a guardar silencio. La tensión en la sala era palpable, especialmente entre los agentes de la DEA, quienes parecían emocionados al escucharse mencionar a su caído compañero ‘Kiki’.
Tras la audiencia, Caro Quintero fue trasladado al Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, una prisión con una reputación controvertida por sus condiciones de reclusión. Allí compartirá espacio con otros reclusos de alto perfil, incluyendo al narcotraficante Ismael "el Mayo" Zambada, lo que convierte esta prisión en un peculiar crisol de infames figuras del crimen organizado y personajes de la cultura popular.