Musk se distancia de Trump tras bajada en las acciones de Tesla
El panorama económico mundial es complejo. La incertidumbre reina en diversos sectores, y las tensiones geopolíticas añaden una capa de complejidad a las decisiones empresariales; la situación actual impacta a gigantes industriales, obligándolos a replantear sus estrategias
Elon Musk, CEO de Tesla, anunció este martes una drástica reestructuración de la compañía tras la publicación de unos resultados financieros que han dejado helados a los inversores. La empresa, líder en el mercado de vehículos eléctricos, ha registrado una caída del 71% en su beneficio neto del primer trimestre de 2025, situándose en los US$409 millones, frente a los US$1.400 millones del mismo período del año anterior. Las ventas también se han desplomado, un 9% interanual, alcanzando los US$19.300 millones, muy por debajo de las previsiones.
La sorpresiva noticia ha generado un terremoto en Wall Street. Si bien la competencia en el sector de los vehículos eléctricos y las tensiones geopolíticas se citan como factores contribuyentes, la principal causa señalada por Musk reside en su controvertida participación como asesor del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), durante la administración Trump. El impacto negativo de esta alianza en la imagen de Tesla, particularmente en mercados progresistas como California y Europa, se ha traducido en una ola de boicots y protestas que han mermado considerablemente las ventas.
El rechazo a la imagen pública de Musk, ligada a la administración Trump, ha sido contundente. Numerosos usuarios en redes sociales han expresado su decepción y han optado por marcas competidoras, afectando gravemente la reputación de Tesla. La empresa reconoce, en su informe, un "daño reputacional significativo" asociado a la percepción política de su CEO.
En un giro inesperado, Musk ha anunciado su retirada casi total del DOGE a partir de mayo, reduciendo "drásticamente" su compromiso con el gobierno. Aunque mantendrá una mínima presencia, esta decisión representa un cambio estratégico crucial para Tesla, que busca recuperar la confianza de sus clientes e inversores.
La situación de Tesla también se ve afectada por el aumento de la competencia, con empresas como BYD, Xpeng y Nio presentando modelos innovadores y precios más competitivos. A esto se suman las dificultades en la cadena de suministro, agravadas por las tensiones arancelarias entre Estados Unidos y China.
A pesar de las dificultades, Tesla afirma que seguirá adelante con su apuesta por la conducción autónoma y la innovación tecnológica. Sin embargo, el camino hacia la recuperación se presenta lleno de desafíos, y el futuro de la compañía dependerá en gran medida de su capacidad para reconstruir su imagen pública y superar las adversidades del mercado.