El ICE siembra miedo en las comunidades latinas de Washington D.C.
La vida en algunos barrios latinos de Washington D.C. ha cambiado. Un palpable nerviosismo se respira en el aire, un silencio tenso que se percibe incluso entre el bullicio habitual de los mercados; la incertidumbre se ha instalado en el día a día de muchas familias, transformando rutinas sencillas en actos cargados de ansiedad

El miedo se respira en las calles. No es un rumor, es una realidad palpable para miles de familias latinas en Estados Unidos. La incertidumbre y la angustia se han apoderado de sus vidas, convirtiendo incluso las tareas más cotidianas en actos de valentía.
Consuelo, una trabajadora incansable en un mercado local, lo describe así: “Antes, el mercado estaba lleno de risas y charlas. Ahora, solo hay silencio, un silencio pesado de miedo.” La presencia de agentes de ICE, cada vez más frecuente, ha sembrado el terror en la comunidad. El martes, cuatro agentes cerca de su trabajo causaron un desplome en las ventas, un reflejo del pánico que se extiende como una sombra.
La historia de Josué y Xiomara, una pareja mexicano-salvadoreña con dos hijas, ejemplifica esta realidad. Su vida en Estados Unidos, país donde nacieron sus hijas, se ha visto sacudida por la constante amenaza de la deportación. La simple tarea de ir al supermercado se ha convertido en un acto de riesgo, un cálculo constante entre la necesidad y la amenaza.
“Ayer no pude ir a buscar a mis hijas a la escuela,” confiesa Xiomara, su voz llena de angustia. “La situación era demasiado peligrosa.” El miedo se refleja en la cara de sus hijas: la confusión de la más pequeña y el dolor contenido de la adolescente, quien se encerró llorando al enterarse de la presencia de agentes de inmigración en su vecindario. Sus rostros, pequeños espejos de una comunidad atemorizada.
Univision Noticias confirmó que agentes del ICE realizaron visitas a varios restaurantes, justificándolas como "inspecciones amables" para solicitar planillas I-9. Sin embargo, la acción ha generado un clima de tensión y hostigamiento. En algunos casos, se impidió el acceso a los empleados sin orden judicial; en otros, se dio un plazo para presentar la documentación. La percepción general: más que inspecciones, se trata de acoso sistemático.
El temor se ha extendido incluso a las escuelas. En la escuela bilingüe Mundo Verde, padres se apostaron en la puerta para proteger a sus hijos, creando un escudo humano contra la amenaza latente. El legado del gobierno de Donald Trump, un fantasma omnipresente, exacerba este miedo. “Uno ya no siente calma al salir a la calle,” afirma Josué, consciente de la incertidumbre que pende sobre su familia.
La posibilidad de la deportación y la separación familiar ha obligado a Josué y Xiomara a planificar escenarios impensables. A pesar de su valentía, la angustia, la incertidumbre y el miedo se han convertido en los compañeros invisibles de sus hijas, inocentes víctimas de una situación que les es ajena y que los marca para siempre.