EEUU endurece su política migratoria con 3000 detenciones diarias
La disminución en el cruce fronterizo ha generado un cambio de estrategia en materia migratoria. Se reporta una cifra de 7,181 cruces en marzo de 2025, una notable reducción comparada con los más de 137,000 del año anterior; este dato, aparentemente positivo, esconde una nueva dinámica en la política de inmigración
Una ola de deportaciones sin precedentes sacude al país, con consecuencias que se extienden más allá de las fronteras.
Según fuentes internas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), Stephen Miller y Kristi Noem han impuesto una cuota diaria de 3,000 detenciones, triplicando el promedio de la era Trump. Esta meta, revelada en una tensa reunión el 21 de mayo, ha generado alarma entre los agentes del ICE, quienes temen represalias por no cumplirla. Mientras Noem buscaba un enfoque más conciliador, Miller, según los testimonios, dejó entrever la posibilidad de despidos para quienes no alcancen la cifra impuesta.
Con cerca de 49,000 inmigrantes bajo custodia, superando la capacidad financiera del Congreso, la administración Trump busca llevar a cabo lo que denomina "la operación de deportación más grande en la historia de Estados Unidos". La cifra de deportaciones en los primeros 100 días del nuevo mandato ya supera las 139,000 personas, con más de 66,000 arrestos reportados por el ICE; el 75% de los detenidos tenían antecedentes penales, incluyendo crímenes violentos.
Sin embargo, estas medidas no están exentas de controversia. Casos como el de Kilmar Abrego Garcia, deportado erróneamente a El Salvador a pesar de una orden judicial, ponen en tela de juicio el respeto a los derechos humanos y el debido proceso. La administración, hasta la fecha, ha hecho caso omiso a la orden de la Suprema Corte en este caso.
En una entrevista con Newsmax, Miller justificó estas acciones, argumentando que los ciudadanos estadounidenses merecen "reparaciones" por los "daños infligidos por la migración masiva". Sus declaraciones, cargadas de retórica anti-inmigrante, vinculan la inmigración con la delincuencia, el bajo rendimiento escolar y las sobredosis de drogas. "Todos merecemos reparaciones por lo que nos han robado," reiteró Miller.
Las consecuencias de esta política agresiva se extienden a ambos lados de la frontera, generando profundas preocupaciones sobre el impacto a largo plazo en las comunidades, y planteando serios cuestionamientos sobre la ética y la legalidad de las acciones del gobierno estadounidense. El futuro de esta controvertida estrategia y su impacto en la sociedad se mantiene incierto, generando un debate crucial sobre los derechos humanos y la justicia en el contexto de la migración.