Irán acusado tras ataque a hospital israelí; tensión en Medio Oriente
La escalada del conflicto en Medio Oriente ha dejado una estela de destrucción y preocupación; el impacto de los recientes acontecimientos se siente con fuerza en la región, generando incertidumbre y tensión internacional

Un misil impactó cerca del Hospital Soroka de Beersheba, desencadenando una nueva escalada en el conflicto entre Israel e Irán. La imagen del hospital parcialmente dañado, aunque con bajas leves según el director general Shlomi Kodesh, se ha convertido en un símbolo de la creciente tensión en la región. Mientras Benjamín Netanyahu acusa directamente a Irán del ataque, prometiendo represalias, el ministro de Defensa, Israel Katz, ha anunciado una intensificación de los ataques contra objetivos iraníes.
La contundente respuesta israelí, que incluye la designación del ayatolá Alí Jamenei como "cobarde dictador" por parte de Katz, ha sido recibida con indignación por Teherán. La agencia de noticias iraní Tasnim ha desmentido la versión israelí, afirmando que el objetivo real era la cercana sede del Mando Sur del Ejército israelí, y ha destacado la presencia de importantes activos militares en la zona.
El incidente, que ha dejado un número indeterminado de heridos, se produce en un contexto de creciente violencia. Las autoridades iraníes denunciaron previamente un ataque israelí contra un hospital en Kermanshá, calificándolo como un crimen de guerra. Esta escalada bélica se inició el 13 de junio con una ofensiva israelí contra instalaciones nucleares iraníes y áreas residenciales de Teherán, provocando, según las autoridades iraníes, más de 224 muertes y miles de heridos. Al menos 24 personas han muerto en Israel en ataques de represalia.
La sombra de la cancelación de las negociaciones entre Washington y Teherán sobre el programa nuclear iraní, previstas para el 15 de junio en Mascate, Omán, planea sobre este nuevo capítulo del conflicto. La interrupción de las conversaciones, atribuida a los ataques israelíes, ha incrementado el temor a una escalada incontrolable de la violencia en la región.
La comunidad internacional observa con preocupación la espiral de violencia, instando a ambas partes a la moderación y al diálogo para evitar una mayor escalada de la crisis.