Gobierno de EE.UU. aprueba barreras flotantes en el Río Bravo

El DHS autorizó la construcción urgente de 17 millas de barreras flotantes en el río Bravo para reforzar la seguridad fronteriza en Texas

Gobierno de EE.UU. aprueba barreras flotantes en el Río Bravo

Un anuncio sorpresivo sacudió la política fronteriza estadounidense: la construcción de 17 millas de barreras flotantes en el río Bravo, en el condado de Cameron, Texas, ha sido autorizada de manera urgente. La decisión, tomada por la Secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Kristi Noem, desató un inmediato debate sobre sus implicaciones ambientales y legales. La dispensa legal, que permite saltarse regulaciones como la Ley Nacional de Política Ambiental (NEPA), se justifica bajo la necesidad de frenar el tráfico ilegal y proteger a los agentes fronterizos.

La iniciativa, financiada con fondos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) del año fiscal 2021, se centra en el Valle del Río Grande, una zona con alta actividad de cruces fronterizos ilegales. Las autoridades afirman que las barreras acuáticas disuadirán el tráfico de drogas, la trata de personas y los cruces ilegales por rutas peligrosas. Sin embargo, grupos ambientalistas y defensores de los derechos humanos ya han expresado su preocupación por el impacto ecológico y la posible violación de los derechos de los migrantes.

Esta es la sexta dispensa de este tipo emitida por la Secretaria Noem, mostrando una clara estrategia de agilizar la construcción de infraestructura fronteriza sin importar las consecuencias legales o ambientales. La decisión se ampara en la Sección 102 de la Ley de Reforma de la Inmigración Ilegal y Responsabilidad del Inmigrante de 1996, que otorga al DHS amplios poderes para eludir ciertos requisitos legales en aras de la seguridad fronteriza. La opacidad del proceso y la falta de consulta pública han generado fuertes críticas.

La adjudicación del contrato para la construcción de estas barreras flotantes está prevista antes del fin del año fiscal 2025, dejando un amplio margen para que las controversias legales y ambientales continúen escalando. El proyecto, lejos de ser una solución definitiva, promete ser un nuevo foco de tensión en la compleja y polémica discusión sobre la inmigración y la seguridad fronteriza en Estados Unidos.