Niños venezolanos regresan a casa tras vuelo de repatriación desde México
México ha estado en el centro de atención internacional por su creciente colaboración en temas migratorios; la compleja situación que viven miles de migrantes en tránsito ha llevado a diversas acciones por parte de diferentes gobiernos, generando debates y preocupaciones en torno a los derechos humanos y la seguridad de estas personas

La crisis migratoria venezolana continúa dejando huellas profundas. Mientras el gobierno de Nicolás Maduro celebra la repatriación de 311 ciudadanos, incluyendo 21 niños, desde México, se revela una realidad más sombría para aquellos que intentan llegar a Estados Unidos. El Ministro del Interior, Diosdado Cabello, confirmó el regreso de los menores en un vuelo de repatriación, pero el relato oficial no esconde la difícil situación que enfrentan muchos venezolanos en su travesía.
Cabello reconoció la existencia de redes de tráfico humano que operan en el peligroso Tapón del Darién, la frontera entre Colombia y Panamá. Su declaración sobre el secuestro de venezolanos y el pago de rescates para su liberación, destaca la vulnerabilidad de los migrantes y la necesidad de una respuesta internacional contundente contra estas organizaciones criminales. La apertura de un espacio en la Embajada de Venezuela en México para facilitar el proceso de repatriación, gracias a un acuerdo con la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, es un gesto que, sin embargo, no disminuye la gravedad de la situación.
El programa de repatriación, que ha facilitado el regreso de 919 venezolanos en cinco vuelos desde febrero, se intensifica en medio de presiones internacionales. El anuncio de Nicolás Maduro de “incrementar las acciones para garantizar los vuelos de repatriación de migrantes detenidos en EE.UU.” responde a las advertencias del Departamento de Estado de Estados Unidos, que amenazó con sanciones a Venezuela si se niega a aceptar vuelos de deportaciones. Esta situación deja al descubierto las complejidades de la política migratoria y la urgencia de una solución regional, que garantice la seguridad y los derechos humanos de las personas en movimiento.
La cifra de 21 niños repatriados, aunque representa un pequeño porcentaje del total, subraya la vulnerabilidad de los menores en este flujo migratorio. La falta de detalles sobre las circunstancias que llevaron a estos niños a viajar solos, plantea interrogantes sobre las medidas de protección para menores migrantes y la necesidad de una mayor transparencia por parte del gobierno venezolano. La situación migratoria de Venezuela requiere de soluciones estructurales a largo plazo, que aborden las causas profundas de la migración y garanticen la seguridad y el bienestar de los venezolanos.