Sheinbaum descarta fecha para reanudar exportaciones ganaderas

La economía mexicana, particularmente el sector agropecuario, se encuentra en un momento crucial; las negociaciones internacionales son vitales para mantener la estabilidad y el flujo comercial, y recientes acontecimientos han puesto en alerta a diversos actores económicos

Sheinbaum descarta fecha para reanudar exportaciones ganaderas

Un silencio sepulcral se cernía sobre la frontera entre México y Estados Unidos. El comercio de ganado bovino, un pilar económico para ambos países, se había detenido abruptamente el 11 de mayo. La culpable: la reaparición del gusano barrenador, una plaga que parecía un recuerdo lejano del pasado, pero que ahora amenaza con desatar una crisis de proporciones significativas.

Las imágenes de la presidenta Claudia Sheinbaum en Palacio Nacional, con la gravedad pintada en su rostro, fueron transmitidas a nivel nacional. Su declaración, contundente y llena de preocupación: "La situación es crítica. Estamos trabajando incansablemente, pero aún no podemos asegurar una fecha para la reapertura de la frontera". La mandataria destacó la presencia de una misión sanitaria estadounidense en México, evaluando las medidas de contención y subrayó el impacto devastador de la plaga, que afecta no solo al ganado bovino, sino también a equinos, porcinos, ovinos e incluso a la fauna silvestre.

Mientras tanto, en las oficinas del secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Julio Berdegué, las reuniones con la misión técnica del USDA se sucedían a un ritmo frenético. La estrategia nacional de combate al gusano barrenador, con su apuesta por la implementación de medidas sanitarias reforzadas y la futura planta productora de insectos estériles en el sur del país, se debatía con intensidad. La urgencia de la situación era palpable.

El costo del cierre fronterizo es exorbitante. Para México, las pérdidas diarias se estiman en 11.4 millones de dólares, según el CNA, un golpe demoledor para los ganaderos del norte del país. La desesperación se respiraba en el aire. La presidenta Sheinbaum confirmó las presiones de los empresarios cárnicos estadounidenses, desesperados por el desabasto y exigiendo la reapertura inmediata de la frontera. Una situación de tensión latente entre dos naciones unidas por lazos económicos, ahora fracturados por una amenaza silenciosa y voraz.

El gusano barrenador, una larva que infesta las heridas del ganado causando infecciones severas, se ha convertido en el enemigo público número uno. Su regreso inesperado ha puesto en jaque la estabilidad económica de una importante industria mexicana y la cooperación binacional, dejando un futuro incierto para miles de familias que dependen de la ganadería para su sustento. La batalla contra esta plaga ha comenzado, y su desenlace aún está por escribirse.