Sheinbaum descarta obligatoriedad de CURP con biométricos
El gobierno federal dio a conocer detalles sobre un nuevo proyecto que, aunque promete revolucionar la identificación oficial, ha generado dudas entre la ciudadanía; se trata de un esquema que busca integrar tecnología de punta sin forzar su adopción, marcando un precedente en la relación entre innovación y derechos individuales
Un anuncio sorpresivo sacudió la conferencia matutina de la Presidenta: la implementación del registro biométrico vinculado a la CURP, prevista para octubre, será completamente voluntaria. La mandataria, Claudia Sheinbaum, despejó las dudas con un rotundo: "La participación es opcional. No habrá sanciones ni represalias para quienes decidan no registrarse".
Esta declaración, que contrasta con las primeras informaciones oficiales, calmó las aguas, aunque no del todo. La acompañaron Mónica Fernández Balboa, del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, y Rosa Icela Rodríguez, Secretaria de Gobernación, quienes reiteraron el compromiso con la seguridad de los datos.
- El gobierno promete estrictos protocolos de seguridad para proteger la información biométrica (huellas dactilares y reconocimiento facial).
- El marco legal de la nueva ley de identidad digital, asegura que los datos no tendrán fines comerciales.
- Se incluirá a menores de edad, pero con el consentimiento explícito de sus tutores legales.
Sheinbaum argumentó que se trata de información similar a la que ya se comparte con bancos y plataformas digitales, pero con un propósito social claro: la localización de personas desaparecidas, entre otras aplicaciones. Reconoció la desconfianza ciudadana y enfatizó en la ausencia de coerción.
Las redes sociales siguen divididas. Si bien algunos celebran la medida como un paso adelante en la lucha contra el crimen, otros sectores demandan mayores garantías legales para la protección de la privacidad. El debate está abierto. El lanzamiento del registro biométrico en octubre, sea obligatorio o no, inicia una era de cambios en la gestión de la identidad digital en México, con implicaciones que aún están por verse.