Sheinbaum se opone a intervención militar de EU en México
La mañana de este viernes, desde Palacio Nacional, la respuesta fue clara y contundente. Claudia Sheinbaum descartó cualquier posibilidad de intervención militar estadounidense en suelo mexicano, tras la polémica orden ejecutiva firmada por Donald Trump contra cárteles de la droga; "cooperamos, colaboramos, pero no va a haber invasión. Eso está absolutamente descartado", afirmó la mandataria con tono firme
La soberanía mexicana está en juego. Así lo ha dejado entrever la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, tras la filtración de un documento del New York Times que revela la autorización del gobierno de EE.UU. al Pentágono para el uso de la fuerza militar contra organizaciones criminales en Latinoamérica, designadas como "terroristas". La posibilidad de incursiones en territorio extranjero, según el reporte, ha generado una profunda preocupación en México.
"No permitiremos la violación de nuestra soberanía nacional", afirmó Sheinbaum en una conferencia de prensa, enfatizando la gravedad de la situación. Confirmó que México recibió notificación previa de la orden ejecutiva, pero recalcó que cualquier acción dentro de las fronteras mexicanas sería considerada un acto de agresión inaceptable. "Hemos mantenido un diálogo constante con el gobierno de Estados Unidos, exigiendo claridad y respeto a nuestra integridad territorial", añadió.
- La Casa Blanca se ha limitado a declarar que la medida busca "proteger los intereses nacionales", sin ofrecer mayores detalles.
- El silencio del Pentágono sobre las estrategias específicas para perseguir a los cárteles ha generado aún más incertidumbre.
- El gobierno mexicano ha reiterado su compromiso de defender su soberanía, desplegando recursos diplomáticos y de inteligencia para monitorear la situación.
La tensión entre México y Estados Unidos se intensifica. Si bien el gobierno mexicano asegura que no hay indicios de una inminente invasión, la posibilidad de operaciones militares en aguas internacionales cercanas a su territorio, y la ambigüedad de la orden ejecutiva, mantienen en alerta máxima a las autoridades mexicanas. El futuro de la relación bilateral dependerá crucialmente de la respuesta definitiva de Estados Unidos y del cumplimiento estricto de su promesa de respetar la soberanía mexicana. El debate, por supuesto, recién comienza.
