Condenan a 36 años de prisión por los incendios de iglesias en Douglas

Douglas, Arizona, respira un aire de historia impregnado en sus calles, un crisol de culturas donde la fe ha tejido la vida comunitaria por siglos. Su arquitectura colonial susurra relatos de épocas pasadas, donde la convivencia entre distintas creencias ha marcado su identidad única

Condenan a 36 años de prisión por los incendios de iglesias en Douglas

La tranquila localidad fronteriza de Douglas, Arizona, vio su paz destrozada el 22 de mayo de 2023. Dos iglesias históricas, pilares de la comunidad, fueron incendiadas en un acto devastador. La investigación condujo a la condena de Eric Ridenour, de 58 años, quien tras un juicio el 7 de enero de este año, fue declarado culpable de incendio provocado y delitos de odio, recibiendo una sentencia de más de 36 años de prisión.

Las víctimas, la Iglesia Episcopal de San Esteban y la Primera Iglesia Presbiteriana, se encuentran en un distrito histórico único. Su ubicación en una intersección con iglesias de cuatro denominaciones diferentes (Bautista del Sur, Presbiteriana, Episcopal y Metodista) la convierte en un sitio sin igual en todo el país, representando un invaluable patrimonio cultural irremediablemente dañado por un acto de intolerancia.

El Fiscal Federal Gary Restaino declaró: "Este caso trata sobre dos incendios provocados separados y sus motivaciones. El acusado incendió una iglesia por no estar de acuerdo con la posición de que mujeres y personas LGBTQ+ pueden ser ministros, y luego incendió una segunda iglesia, en la misma plaza histórica, por la misma razón. La destrucción de instituciones religiosas es aborrecible para nuestra Constitución."

El impacto trasciende lo material. La comunidad de Douglas, aunque conmocionada, enfrenta el reto de reconstruir no solo los edificios, sino también la confianza y la armonía que siempre los caracterizó. La ubicación de las iglesias en el corazón histórico de Douglas subraya la magnitud del daño cultural y la importancia de la reparación para la identidad local. Este proceso judicial, aunque concluido, deja un eco profundo de reflexión sobre la intolerancia y la preservación del patrimonio cultural.