“Confesiones”, revelar los pecados es su salvación
El director Carlos Carrera dirige la película en la que una familia debe confesar sus secretos para salvar a una niña de la muerte
CDMX
La desesperación es visible en tres de los integrantes de los Olmos tras la desaparición de la pequeña en la familia.
Entonces, reciben la visita de un hombre encapuchado, quien les insiste a los padres y al hermano mayor de la secuestrada que confiesen una atrocidad cometida por uno de ellos.
La tensión se apodera de los involucrados. Cada uno ha hecho ciertas cosas incorrectas y que han afectado a terceros, sin embargo, el visitante espera una confesión para poder hacer justicia.
Se trata de Confesiones, la nueva película del director Carlos Carrera, protagonizada por Claudia Ramírez, Luis Gnecco, Juan Manuel Bernal, Emilio Treviño y Ana Claudia Talancón, un retrato sobre los secretos al interior de la familia y el no saber quién es quién realmente.
“Una de las cosas que me interesó de la historia es que cuando hay un acto arbitrario, abusivo o injusto, es muy difícil encontrar justicia por las vías normales y determinadas en cualquier sistema legal. En nuestro país eso es muy difícil y siempre existe la tentación de hacer justicia por propia mano, entonces, ahí es cuando yo me pregunto: ‘¿Hasta dónde tenemos la autoridad para juzgar y castigar a los demás?. Así fue como el libreto me movió muchas cosas. También me ponía en el lugar de todos los personajes, desde el visitante, hasta los miembros de la casa. Todos tenemos secretos y me puse a pensar en qué se sentiría que a la fuerza te expusieran y te obligaran a develarlos. Esa fragilidad me interesó”, contó en entrevista, Carlos Carrera.
Éste, que en 1994 ganó la Palma de Oro del Festival de Cine de Cannes por su cortometraje El héroe, fue invitado por los reconocidos productores Daniel Birman Ripstein y Gerardo Morán para realizar el descrito thriller, que estrena hoy y cuyo guion es autoría del escritor Alberto Chimal, quien hace un año participó en el cómic Batman: El mundo, en el que trae al Detective Murciélago a la CDMX.
“No había tenido la oportunidad de hacer una película de este género. Me gustó mucho cómo están armadas las sorpresas y las vueltas de tuerca. Pensé que era buena oportunidad para hacer algo pensando en el público, en crear efectos y, además, añadir a la historia otros niveles de complejidad: hablar un poquito de la incomunicación, de cómo podemos estar juntos en una familia sin conocer al de al lado y de cómo la venganza sólo genera violencia. Realmente me interesaba hablar del mal puro. Fue un ejercicio muy interesante y un reto muy rico para entrarle y hacer una película con tan poquitos personajes, con una trama que sucede en una noche y en un solo lugar”, apuntó el también director de la aclamada cinta animada Ana y Bruno.
Emilio Treviño, actor de doblaje encargado de dar voz a Miles Morales en las películas animadas de Spider-Man: A través del Spider-Verso y como Nando Don Juan en la saga mexicana Las leyendas, debuta como actor en una ficción dentro de los misteriosos familiares de Confesiones.
Da vida a Juan Pablo, un joven altanero, prepotente y duro con los demás, que esconde un secreto muy personal del cual no tienen idea sus padres, interpretados por Claudia Ramírez y Luis Gnecco (intérprete de Pablo Neruda en el filme homónimo del cineasta Pablo Larraín).
“En Confesiones, todas las piezas se juntaron de la mejor manera para estar en el proyecto. Siento que todo se acomodó de la mejor manera y estoy muy emocionado por las reacciones obtenidas hasta ahora con la audiencia que la vio en el Festival de Morelia”, comentó Treviño.
Al saber que iba a trabajar junto a grandes actores con carreras cinematográficas importantes, Emi sintió una gran responsabilidad y llegó a la mesa de trabajo con algunas propuestas, una de ellas que aplicó a lo largo de la filmación para evidenciar un desgaste físico que su personaje muestra durante las horas frente al hombre desconocido (Juan Manuel Bernal) y quien los amenaza a punta de pistola para obtener la declaración.
“Conseguí una nutrióloga para bajar de peso cronológicamente en la película, porque, como todo se desarrollaba en una sola noche, quería que se notara un cansancio real, en el que te empiezas a ver un poco más chupado y las ojeras empiezan a notarse. Terminaron diciéndome, en algún momento: ‘Por favor, para’, porque se me estaban cayendo los pantalones del vestuario.
“Por otra parte, traté de centrarme en la corporalidad de Juan Pablo, porque él completamente diferente a mí: Es muy visceral, un animal herido y todo el tiempo siente que debe estar a la defensiva, porque todo mundo está en su contra, entonces, físicamente, eso tenía que notarse y compré un saco de boxeo para pegarles por las noches”, expresó Treviño, de 24 años.
Confesiones se rodó durante cuatro semanas y para poder optimizar los tiempos, la producción envolvió con telas negras la casa en la que se filmó para dar la impresión de que era de noche, el lúgubre ambiente en el que transcurren los sucesos.
“Por un lado, el rodaje fue muy fácil, porque se filmó en orden cronológico, a diferencia de todas las películas, y aquí fue en tiempo progresivo, sin embargo, lo complicado fue estar encerrados en una casa cubierta. La envolvimos para que estuviera oscuro. No había paso de luz natural y, de pronto, el organismo te decía: ‘ya es de noche’ y todo mundo estaba más cansado. (La fatiga era complemento) de la tensión generado por las escenas. Empezó todo muy ligero y poco a poco puso muy tenso por la naturaleza de la historia”, agregó Carrera.
Sobre sus actores, el ganador a 10 premios Ariel, comentó:
“Fueron de distintas procedencias. Con Juan Manuel Bernal ya había trabajado las tres temporadas de Capadocia y nos conocíamos bien, además, lo trato desde que estudiaba en el CUT (Centro Universitario de Teatro); con Claudia Ramírez nunca había colaborado, pero la conocía socialmente desde hace muchos años, a Luis Gnecco lo llamamos, me gustaba mucho su trabajo, lo que ha hecho en Chile y en Argentina y me parece un actor extraordinario. Y con Emilio (Treviño) buscamos quién podría ser Juan Pablo, hicimos un casting y apareció rápido. Hizo una audición maravillosa, en la que se notaba este nerviosismo y fragilidad y entendió perfectamente lo que estaba haciendo en su escena y, además, a muchos niveles y con un contenido de emoción verdadera. Así que no me arrepiento para nada. Fue un gran hallazgo”, remató Carrera.
El director capitalino sabe cómo crear nudos en la garganta de la audiencia, sólo basta con recordar las conversaciones sociales que causó en 2002 que estrenó El crimen del padre Amaro, curiosamente, también con la actuación de La Talancón, quien en Confesiones hace una participación breve, pero muy significativa para el desarrollo de los misterios que, conforme avanza el tiempo, el espectador puede ir develando por cuenta propia.
Carrera también prepara una película para contar la vida de Lupe Vélez con la colaboración de otra de sus actrices frecuentadas, Ana de la Reguera.