Michael Bublé, todo un showman
Con su gira “Higher”, el canadiense conquistó el corazón de sus fans en la CDMX
CDMX
Michael Bublé es de esos artistas que lo tienen todo: carisma, encanto y talento, por lo que ahora que llegó a México con una gira que lleva por nombre Higher, era de esperarse que todo de aquel show mantuviera a sus fans por las nubes y con las emociones por lo alto, y así lo hizo en su primera noche en la capital desde la Arena CDMX.
En punto de las 21:35, tras un cronómetro que indicaba una cuenta regresiva en la que en el último minuto aparecía Bublé desde una proyección caminando hasta llegar hasta el frente del escenario acombándose la corbata, el show arrancó con una cortina enorme que se alzó poco a poco hasta develar a toda una orquesta colocado en tarimas de distintos pisos y justo en medio de todos apareció el cantante para dar inicio a su show con Feeling Good, uno de los cóvers favoritos de toda su carrera.
Sí, los ánimos ya estaban arriba y tras esa poderosa interpretación sólo se encendieron más cuando los acordes del piano tocaron las primeras notas de Haven’t Met You Yet, el tema de su autoría con el que conquistó a sus fans mexicanos.
“¡Buenas noches, bienvenidos! Mi nombre es Michael Bublé, soy Miguel Burbuja”, se presentó el cantante en un atropellado español.“Estoy tan feliz de estar aquí esta noche con ustedes, pero muy muy feliz porque ustedes saben que México es el mejor país del mundo”, agregó el artista, quien fue uno a uno saludando a algunos fans afortunados.
“Oh!, ¿quieres una foto conmigo?”, preguntó después de leer la petición en un cartel dentro del público. “¡Claro que sí!”, respondió acercándose a sacarse una selfie con una fan e incluyendo al resto de otras que se colaron sin dudarlo. “Hola, mucho gusto, un placer”, continuó para después dar pie a una noche que aseguró que no sería un show, sino una fiesta con su familia.
Con hits como L.O.V.E., Sway, Everything, Home y su nuevo tema Higher, el cantante se encargó de poner ambiente inmediatamente y sus interpretaciones, bailes y juegos marcaron el momento de armonía, alegría y seducción que permearía a lo largo de toda la velada.
Para su noche especial como los artistas de antaño, el cantante lució un traje azul con camisa y corbata negra, además de acompañarse de una orquesta en vivo y un grupo de coristas. Consciente de que detrás de un gran artista hay también una gran producción, el intérprete preparó también pirotecnia, olas de papelitos y visuales que enaltecían sus números que acompañaba con pasos de swing, meneos de caderas y jugueteos con el pedestal con los que hacía enloquecer a su audiencia, mujeres treintañeras en su mayoría que le gritaban sin parar.
“Yo sé que muchos de ustedes ven a este cantante a Miguel Burbuja y automáticamente piensan en Navidad, pero is no Navidad esta noche, no hay Santa Claus”, anunció bromista consiente de la fama que tiene como uno de los favoritos de temas navideños.
“Pero aun así, tengo regalos para ustedes, los regalos que traigo son sexys porque soy yo y es mi música y les advierto que todo esto sólo se pondrá más hot”, anunció continuando con su broma y asegurando que hasta habría perreo al final de la noche y hasta algunos bebés.
Su momento de pasión y romance lo arrancó a ritmo de To Love Somebody y lo siguió con cóvers de clásicos que lo han posicionado como una de las voces más seductoras del gremio con Me and Mrs. Jones, Quando, quando, quando y Fever.
Su noche continuó con una sección en la que compartió que más allá de las grandes figuras que engloban el género que interpreta como el fallecido Tony Bennett y Frank Sinatra, hubo un cantante en específico que inspiró su carrera.
y por el que comenzó todo y ese fue Elvis Presley, por lo que preparó un medley en su honor y con guitarra en mano, pies en punta y un cartel con sus iniciales formadas por focos amarillos, tal como los que llevaba Elvis a sus shows, el cantante arrancó su set favorito.
Hits del Rey del rock and roll como Trouble, Burning Love y Can’t Help Falling in Love With You, resonaron por todo el lugar con Bublé cantando a la perfección, imitando sus icónicos pasos de baile y movimientos y hasta su carácter seductor, dejándose querer por sus fans, con quienes aprovechó el momento para dejarse abrazar y tomarse más fotografías.
Encantado por la entrega, la química y la camaradería que experimentó junto a sus asistentes, el canadiense se despidió en medio de una cascada de pirotecnia con un último set formado por Cry Me a River y Always On my Mind emocionado por reencontrarse con este público con una fecha más mañana y con la promesa de volver a la capital muy pronto.