Marc Anthony rinde tributo a José José y Juan Gabriel
El boricua ofreció un espectáculo inolvidable en el Palacio de los Deportes
CDMX
Cuando el sonido de los bongos y las trompetas se adueñan del lugar, sólo hay una persona que puede aparecer en escena: Marc Anthony.
El puertorriqueño regresó ayer a CDMX para traer su Viviendo Tour al Palacio de los Deportes, con el que, en efecto, llenó de vida el recinto atiborrado por miles de fans que esperaban con ansias su llegada, pues desde hace tiempo se sabe que como uno de los reyes de la salsa, una velada con Marc es sinónimo de baile y canto al por mayor.
El show, programado para arrancar a las 21:00 horas, se retrasó unos minutos, lo que hizo que algunos asistentes comenzaran a chiflar desesperados por arrancar la fiesta.
Pero una vez que sus músicos aparecieron en escena para ofrecer un medley de algunos de sus éxitos, en instrumental, se dio paso al cantante, quien apareció en medio del escenario y con fuegos artificiales por detrás, la explosión se extendió hasta su audiencia, que inmediatamente se puso de pie y estalló en gritos para recibir a su rey.
El intérprete de 55 años lució un traje oscuro con camisa negra abierta y gafas del mismo tono, pero su mayor atractivo fueron sus pasos de baile con los que, al instante, hizo enloquecer a sus fans, hombres y mujeres, que se emocionaron por igual al verlo mover la cadera, sonreírles y lanzarles besos. Y como buen conquistador, en dos rolas ya se había echado a su público a la bolsa.
Bastaron sus interpretaciones de temas como Pa’lla voy, Valió la pena y Hubo alguien, para que su público se entregara por completo, respondiendo hipnotizado a su ritmo y canto, siendo este último sencillo coreado por todos.
El papacito llevó consigo una explosiva energía que contagiaba por igual a su orquesta en vivo como a sus fans, divirtiéndose para dar amor por ambos lados del recinto, por uno, jugueteando y bailando con sus músicos y, por el otro, recorriendo la larga tarima, tratando de acercarse lo más posible a su audiencia, que saltaba emocionada para alcanzarlo.
Para su espectáculo, el showman se armó de múltiples tarimas desde las cuales colocó a sus músicos y por las que se paseaba, además de una pantalla gigante detrás que vistió con proyecciones coloridas adecuadas al ambiente festivo que ya había puesto a bailar y hasta a sudar a la gran mayoría de los asistentes.
Hasta ayer, Flor pálida y Volando entre tus brazos le siguieron. Temas llenos de melancolía y romance, mucho más tranquilos y que sirvieron para corearse. Una pausa al descontrol, pero no al derroche de amor que entre fans y artista compartían, pues fueron entonados a todo pulmón junto al galán, quien admitió que la segunda pieza antes mencionada era una de las favoritas de su carrera.
“¡Buenas noches! ¡Qué rico! Muchas gracias por darme la oportunidad de compartir esta noche con ustedes, es un honor. ¡Wow! Estoy captando el momento, me siento en casa… ¡Qué viva México!”, expresó Marc, agradecido por el cálido recibimiento.
Su poderosa voz, sus electrizantes pasos de baile y saltos por todo el escenario y sus dramáticas interpretaciones fueron acrecentando la locura y alegría de sus fans, quienes no volvieron a sentarse y comenzaron a pedir más y más bebidas, pues entre sus letras y la fiesta, motivos había de sobra para brindar.
Para el siguiente set, bautizado como el momento de mezclar baladas, el intérprete apareció sentadito en las escaleras y fue momento de dejarse llevar a través de sus letras y cantos.
Abrázame muy fuerte, Almohada y Cómo es él fueron los temas elegidos, salidos de su disco Iconos, tributo a José José y Juan Gabriel, entre otros.
Hits como Qué precio tiene el cielo y Hasta que te conocí de Juanga continuaron encendiendo los ánimos de su velada, la última dedicada a quien ya ha compartido ha sido uno de sus grandes maestros de vida y profesión.
“No hubiéramos estado aquí sin la inspiración de este hermano. Él compuso esta canción y la canto en el nombre de mi querido México y es de mi querido Juan Gabriel”, pronunció conmovido, siendo ovacionado por todo el recinto.
Al cierre de esta edición aún le faltaban himnos como Tú amor me hace bien y vivir mi vida, pero estuvo muy bien acompañado por Nadia Ferreira, su esposa, quien estuvo muy metida con el show desde primera fila.