Nadie nos enseña a ser viejos: Érik Hayser
El actor contó las conversaciones que ha tenido con su papá respecto a la llegada de la tercera edad
CDMX
La pareja amorosa conformada por los actores Fernanda Castillo y Érik Hayser podrá ser vista en un mismo escenario este 2024.
Desde el año pasado, la actriz protagoniza la obra El padre, al lado de Luis de Tavira, en el Teatro Fernando Soler, y será el 26 de enero cuando Hayser se una a tal elenco para interpretar, precisamente, al esposo de la actriz.
Esta historia hace un homenaje a la figura paterna y a los adultos mayores y sensibiliza al público acerca de la demencia senil y el síndrome del Alzheimer.
“El paso del tiempo es inminente. Todos, si tenemos la fortuna, llegaremos a viejos y creo que la obra nos invita a cuestionarnos de qué manera, cómo y junto a quién queremos transitar tal etapa en nuestras vidas. Nos obliga a preguntarnos cómo son las relaciones con nuestros seres queridos que ya están en una edad avanzada.
“Te pone en la perspectiva de ‘ven, te voy a invitar en que entres en la mente de Andrés (Luis de Tavira), a que vengas y veas cómo él está transitando en este momento en su vida y cómo está perdiendo brújula’. Eso crea una suerte de volver esta obra personal y que me hable a mí y al espectador de forma directa. Nos obliga a reflexionar cómo son las relaciones con nuestros seres queridos, la familia y el mundo hacia afuera, pero también con nosotros mismos.
“Acerca de trabajar con Fernanda, es hermoso. Yo que tengo la oportunidad compartir la vida con ella, ahora poder construir junto a ella estos personajes y que podamos, en equipo, poner un granito de arena para que podamos tocar el corazón de la gente me parece un ejercicio maravilloso. Es una mujer a la que admiro y respeto profundamente y también es un privilegio poder construir en escena una relación. Es una oportunidad única”, expresó Hayser en entrevista con Excélsior.
Desde 2016, el actor no hacía teatro, al dedicar mayor tiempo a proyectos frente a las cámaras y a su faceta como papá.
Aquel año, Hayser compartió el escenario con Castillo en la obra Wake Up, Woman, acerca de la violencia de género, que ambos produjeron. Ahora, repite su trabajo codo a codo con Fernanda, aunque en un proyecto que lleva ya una temporada con el telón arriba.
“Es una puesta en escena conmovedora, contundente, personal, viva. Tuve la fortuna de verla antes como espectador y moría de ganas de regresar al teatro. Se lo pedía a la vida y al universo. La vida me hizo un regalo al ponerme en este lugar. Es un verdadero privilegio, un honor, formar parte de esta compañía y poder compartir con este elenco, bajo la dirección de Angélica Rogel”, dijo.
Para el actor, volver al teatro es regresar al origen; al lugar en donde comenzó su trayectoria.
“Comencé haciendo teatro desde niño y, después, de adolescente. Estudié en una escuela en la que tuve la fortuna de que me diera clases la gente de teatro. Entonces, siento como que estoy regresando a mi origen y al lugar en el que estoy cerca de los espectadores; donde puedo mirarlos a los ojos y agradecerles por tanto cariño y por acompañarme siempre con tanta emoción y amor en cada uno de los proyectos en que incursiono.
“Además, regreso a mí siendo otro; siendo, sin duda alguna, una mejor versión de mí; siendo ahora papá, que tantas cosas lindas le ha traído a mi vida. Estoy muy agradecido de poder contar una historia que a mí me hace sentido y que se me hace necesaria; que me tocó como espectador y que, ahora, me regala la oportunidad de ponerme arriba del escenario y tocar el corazón de los espectadores”, detalló.
Antes de la obra, Hayser vio la versión fílmica, dirigida y adaptada al cine por el escritor Florian Zeller, quien la escribió para teatro.
La película El padre fue protagonizada por Anthony Hopkins, ganador del Oscar como Mejor actor por este trabajo, y Olivia Colman, en 2020. Actualmente se puede ver en el catálogo de Netflix.
“En concreto me ha obligado a cuestionarme cómo es mi relación con mi mamá, con mi papá y visitar esos lugares en que los roles comienzan a invertirse; en los que yo, ahora, en algunos momentos, empiezo a ser guía de mis papás. De preguntarme cómo quiero poner esos cimientos para cuando ellos, y ojalá que así sea, lleguen a una vejez avanzada.
“Esta obra es tan compleja que nos invita a ver cómo son nuestras relaciones personales con la gente que tenemos a los lados: con mi hijo, con mis hermanos, con mis tíos y, sobre todo, con nosotros mismos”, acotó.
El originario de Santiago de Querétaro, de 43 años, recordó una conversación con su propio padre en la que comentaron que nadie nos enseña a ser viejos.
“Me lo había preguntado, pero no con la profundidad ni con la contundencia necesaria. El otro día hablaba con mi padre y me decía que nadie nos dice en concreto qué sucede cuando el cuerpo comienza a deteriorarse y la mente te hace pequeñas bromas. Eso se va complejizando hasta el momento en que te dejas de acordar de cosas o comienzas a desorientarte.
“Eso nadie nos lo enseña ni nos previene. Es importante poner un freno de mano y reflexionar acerca de ello para cuestionarnos cómo queremos llegar allá, si es que la vida nos da la oportunidad de ello”, concluyó.