Siembra EU miedo a migrantes en El Paso; los obligan a retirarse
Autoridades migratorias de EU detonaron desde temprano una bomba de miedo.
El Paso, Texas.Autoridades migratorias de Estados Unidos detonaron desde temprano una bomba de miedo. Sin uniforme y de madrugada, entregaron volantes a los migrantes que duermen en las calles del centro de El Paso, Texas.De acuerdo con lo informado en el espacio de Ciro Gómez Leyva en Imagen Televisión, se trataba de hojas sin firma, sin escudos, pero con los colores de la Patrulla Fronteriza donde básicamente les advierten a los migrantes que la única opción es entregarse, para ser expulsados o para abrir la posibilidad a una estancia legal en el país del Norte, aunque pocos creen en la segunda opción.Adelmar Gudiño, migrante venezolano al amanecer se encontró con uno de los volantes en la calle.“Me desperté y ahí estaba. ¿Le preocupa esto? Claro, es 50 y 50. Tenemos miedo de ser deportados”, dijo para el noticiero de Imagen Televisión de Ciro Gómez Leyva.Y es que el aviso amaneció en sus tendidos, bajo sus plásticos. Al sentir vulnerado el último espacio propio que tienen, decenas de migrantes prefirieron huir. En bolsas de plástico guardaron lo que pudieron y se fueron, algunos sin dejar rastro, otros buscando dinero para poder pagar un pasaje de autobús que los lleve lejos de Texas.“Una camioneta pasó diciendo que va a haber una redada. Pero esto es Estados Unidos, el país más grande del mundo. ¿Cree que no va a suceder eso? No…” , expresó para el espacio informativo de Ciro Gómez Leyva de Imagen Televisión, Ángel Segundo, migrante venezolano.Al mediodía, un operativo de limpieza escoltado por policías movió a los migrantes del lugar en el que estaban bajo el pretexto de barrer. Mucho de lo que dejaron atrás quienes se habían ido en la mañana, terminó en los camiones recolectores.El segundo aviso llegó cerca de las tres de la tarde, cuando más de 30 agentes de la Patrulla Fronteriza y el Servicio de Inmigración y Aduanas, organizados en tres células, rodearon el campamento y comenzaron a pedir papeles.Pocos migrantes apenas tenían algunos acuses de recibo de trámites que recientemente habían iniciado y que para las autoridades no significan nada.Los agentes hicieron un barrido y cuestionaron a todos los migrantes. No hicieron falta forcejeos, pues iban armados y estaban en su territorio. A pesar de que respondieron dudas de los migrantes, su posición no era de asistencia: la autoridad migratoria de Estados Unidos había llegado y para los que no tienen documentos no había otra opción más que entregarse.Una hilera constante de migrantes terminó entregándose en las instalaciones de la Patrulla Fronteriza, apenas a dos o tres cuadras de la iglesia que les dio cobijo durante días.“No tenemos la intención de estar escondiéndonos. No me considero una persona delincuente. Tengo derecho a trabajar…” , expresó María Alejandra Burgos, migrante venezolana.