El Crimen Organizado Ahoga a la Industria Manufacturera Mexicana

La industria manufacturera en México, un motor económico clave para la exportación, se enfrenta a un desafío silencioso pero creciente; las cadenas de suministro, el corazón palpitante de este sector, están bajo presión, comprometiendo la eficiencia y, lo que es más preocupante, la seguridad

El Crimen Organizado Ahoga a la Industria Manufacturera Mexicana

El auge de la violencia en México está generando una crisis para las empresas estadounidenses que operan en el país. Un nuevo informe de la firma de seguridad Global Guardian, con sede en Virginia, revela una alarmante escalada de la extorsión, secuestros y coerción por parte de los cárteles contra estas compañías. Las regiones más afectadas, según el informe titulado "Evaluación de Amenazas Mundiales 2025", son Nuevo León, la zona metropolitana de Ciudad de México y Guanajuato, epicentros de violentas disputas territoriales entre grupos criminales.

“La situación es crítica,” advierte Michael Ballard, director de inteligencia de Global Guardian. “Muchas empresas en México enfrentan algún tipo de problema con el crimen organizado y la violencia. En el centro del país, un importante centro de manufactura para exportación, se están robando mercancías, se están robando envíos, y se están reventando en el mercado negro. Es un problema serio.” Ballard describe el impacto en la industria automotriz, de electrodomésticos y maquinaria pesada, sectores especialmente vulnerables a estas actividades ilícitas.

El problema trasciende la simple extorsión. Los cárteles están utilizando a las empresas multinacionales para el tráfico de drogas y personas, escondiendo sustancias como cocaína, heroína, metanfetamina y fentanilo en envíos con autorización previa de la Aduana de Estados Unidos. “Es una estrategia eficiente para evadir la seguridad fronteriza,” explica Ballard. Esta práctica clandestina genera un ambiente de miedo y silencio entre los empleados, quienes temen represalias por denunciar estos crímenes.

La designación de los cárteles mexicanos como Organizaciones Terroristas Extranjeras (OTE) por parte del gobierno de Estados Unidos agrega otra capa de complejidad. Las empresas involucradas, incluso bajo coacción, enfrentan severas consecuencias legales además de las pérdidas económicas. Sin embargo, el ex agente especial de la DEA, Brian Townsend, advierte en una entrevista con The Latin Times sobre la capacidad de adaptación de estas organizaciones. “Son como franquicias, descentralizadas. No hay una estructura jerárquica rígida. Cuando arrestas o matas a alguien, simplemente reorganizan sus operaciones,” señala Townsend, destacando la dificultad de combatir una estructura tan flexible y adaptable.

El informe de Global Guardian concluye con un análisis del impacto potencial de las futuras políticas de Estados Unidos en las empresas que operan en México, enfatizando la necesidad de un equilibrio entre la presión ejercida y el riesgo de reacciones impredecibles por parte de los cárteles. La situación requiere una estrategia multifacética y una respuesta coordinada entre gobiernos y empresas para mitigar los riesgos y proteger a sus empleados.