Es padre Eusebio Francisco Kino un legado en la historia de Sonora y de Arizona

Como un hombre de profunda fe y un resonante legado en la historia del sur de Arizona y norte de Sonora, caracterizó el padre Claudio Alonso Murrieta, a esta figura.

Es padre Eusebio Francisco Kino un legado en la historia de Sonora y de Arizona

Nogales, Sonora.

Como un hombre de profunda fe y un resonante legado en la historia del sur de Arizona y norte de Sonora, caracterizó el padre Claudio Alonso Murrieta, a la figura del padre Eusebio Francisco Kino, ya que además de su formación eclesiástica, este realizaba las veces de cartógrafo y defensor de los pueblos indígenas, y si bien no comenzó su historia con la intención de venir a América, el camino del servicio a favor de los demás lo llevó a convertirse en una de las figuras más reconocidas en la unión de los pueblos nativos.

 

Hablar del Padre Kino, de acuerdo con el párroco, es referirse también a una persona de visión practica y progresista para su tiempo, por lo que no solo fue el mandato de su misión y su devoción a San Francisco Javier, lo que lo llevaron a tener una estrecha relación con los pueblos denominados como de la Pimería Alta, y fue con la tribu Tohono O´odham a quienes ayudo a desarrollar más allá de su misión evangelizadora, técnicas agrícolas, promoviendo el cultivo de maíz, trigo y frutas, y si bien el maíz hasta cierto punto fallo, el trigo permaneció como un gran complemento a las dietas de los nativos.

 

Dentro de su camino, el Padre Kino fundó misiones como la de San Xavier del Bac y Dolores, esta ultima donde tomó residencia, las cuales se convirtieron en focos del desarrollo comunitario y puntos clave para las rutas de exploración, mismas que trazó con maestría, debido a que se trataba de un cartógrafo que dentro de sus muchos quehaceres elaboraba mapas, de los sitios siguiendo siempre el paisaje natural de la región, que llegó a conocer como la palma de su mano.

 

“El Padre Kino llega a esta región en 1687 hace más de 300 años y el ya trae una devoción propia, que nace a partir de una experiencia personal de Eusebio Francisco Kino, nace Eusebio Kino a secas, el de joven 18 años se enferma  y una enfermedad que lo pone al borde la muerte, el sacerdote que lo va a confesar y a ungirlo para ayudarle a bien morir diríamos, le sugiere encomiendate a San Francisco, San Francisco Javier, es uno de los fundadores de la compañía de Jesus, de la orden de los jesuitas, junto con Ignacio de Loyola, había sido canonizado, hace algunos años y obviamente entre los jesuitas le tienen devoción, es por eso que su padre, el padre espiritual que lo asiste, le recomienda encomiendate a San Francisco y Eusebio se encomienda bajo una promesa o una manda decimos aquí, le hace una manda a San Francisco, si lo curaba uno, se hacia jesuita, dos, se ordenaba sacerdote y tercero, asumía el nombre de Francisco, es por eso que a partir de entonces, el se llama Eusebio Francisco Kino, en honor y expresión de el dice al gloriosísimo patriarca fundador de la compañía Francisco Javier”, declaró el padre Murrieta.

 

Originalmente el Padre Kino tenia en mente la misión en China, para continuar la labor que realizó en su momento el ahora Santo Francisco Javier, por lo que su formación se orientó a un servicio que le fuera útil a la población de ese sitio y de ahí, las habilidades de astronomía, cartografía y todo esto con la intención de ofrecer un intercambio cultural, no solamente la difusión de la doctrina cristiana, sino el tener un dialogo reciproco.

 

Sin embargo esta idea, se vio truncada por el potencial que la iglesia vio en el y querían se quedará como profesor en las universidades europeas, pero en todo momento insistió en la misión, dándole la opción de acudir al oriente o venir a la que en ese momento era la Nueva España y por azahar o voluntad de dios de acuerdo con el párroco, el destino lo trae a México.

 

Inicialmente llegó a California, como parte de los intentos de que se tuviera presencia Europea en la región, pero la misión fracasa y lo regresan a “tierra firme” ya que se creía que las californias era una isla en aquel momento y se trataba de un punto estratégico para el comercio por el pacifico, sin embargo y después de pasar un tiempo en lo que ahora es el sur de Sonora, lo trasladan al norte, para continuar con la expansión de estos esfuerzos hacia la zona en donde ahora se encuentra el que ahora conocemos como camino sagrado.

 

“Alla en el norte lo requieren, a lo que ellos le llamaron Pimería Alta a esta parte de Cucurpe, en Cucurpe era la frontera, Cucurpe, Sonora, abajo de Magdalena, era la frontera y hasta ahí llegaba, habían solicitado misioneros más al norte, sin embargo no había con que, hasta que llegó Kino, Kino era el encargado de ser encomendado de que siga expandiendo las misiones hacia el norte y Kino viene hace como un relanzamiento del sistema misionario, que ya por cierto tenía ciertos indicados de crisis en decadencia, por como todo sistema también en el que se involucra el ser humano, tiene sus momentos de crisis, Kino repunta relanza las misiones, el sistema vuelve a tener un auge porque en corto tiempo, empezó a dar muchos indicadores de éxito”, recordó.

 

Dentro de estos enumeró iniciativas en pro de la protección de los pueblos indígenas, dentro de la extracción minera y los campos de agricultura de los españoles, lo que fomentó que las misiones adquirieran autonomía política y económica, convirtiéndose en prosperas y con una sociedad diversa, así como equitativa, buscando a su vez un proyecto de 5 años para formar estas comunidades, logrando obtenerlo por 20, dejando hasta cierto punto un precedente a lo que conocemos ahora como derechos humanos.

 

Esto según Murrieta convirtió aquellos pueblos semi nómadas, a comunidades en donde se cultivaba poco maíz, mucho trigo y se tuvo el concepto desarrollado de la ganadería mayor y menor, lo que al mismo tiempo alentó a los indígenas de vivir en residencias temporales a viviendas permanente, con autoridades que conservaban los planos de liderazgo radicadas en los usos y costumbres, con dirigentes que continuaban el linaje de las tribus originarias.

 

Agregó dentro de las misiones en aquel momento era la tradición fundarlas conforme a las convicciones de los jesuitas, dentro de las cuales tenemos la misión de Dolores, por la virgen Maria, San Javier del Bac, por san Francisco Javier, de la misma forma el pueblo de San Ignacio, por Ignacio de Loyola, entre otras, tomando también gran interés, las figuras de San Javier, por lo que se creó una capilla de San Francisco en Magdalena que en aquellos momentos dependía de San Ignacio que era el pueblo con mayor población.

 

 “En la misión de Santa María Magdalena, que dependía en ese tiempo de la misión de San Ignacio, el Pueblito de enseguida, era la cabecera y Magdalena era un pueblo de vista muy pequeño, ahí hicieron una capilla dedicada a San Francisco, porque era mucha la devoción, entonces el Padre Kino, Eusebio Francisco Kino, tenía su residencia el en Dolores, el invitado por el Padre Campos, Agustín de Campos, el sacerdote de San Ignacio, lo invita un buen día a que dedicará la capilla se llama, la dedicación de la capilla en cuando se bendice una capilla nueva, entonces, el Padre Kino acude a la dedicación de la capilla de San Francisco y ahí muere, ese mismo día”, mencionó.

 

Pero, ¿De donde nace la tradición? De acuerdo con el párroco, Eusebio Kino era muy querido por las comunidades indígenas y por eso la fe o devoción en el santo, se inclinó hacia Magdalena y no a Tucson, donde se encuentra la iglesia de San Javier, con la atribución de que el mismo Kino, quedó sepultado en donde falleció frente a la capilla de su santo de inspiración y de quien siguió los pasos por así decirse en nuestro continente.

 

De las costumbres en si, muchos de los detalles tienen que venir por especulaciones, ya que no se tienen registros precisos del porque de algunas de estas y como comentó el hombre religioso, hay una que explicaría el porque levantar el santo y esto tiene que ver con la historia original de Francisco Javier en China.

 

 “Francisco Javier cuando muere, muere en la frontera con China, no llegó yo vi una pintura, un oleo muy antiguo, donde sus acompañantes los que lo asistieron a la hora de su muerte, lo están levantando, para que viera China que ahí estaba enfrente, me impresionó esa imagen del Francisco moribundo que lo están levantando para que vea China, lo mismo hacemos aquí, Kino, que hace, igual, levanta a Francisco interiormente el Francisco que lleva por dentro a ese misionero que lleva por dentro, que lo inspiró, pues lo pone en alto”, concluyó.

 

Hasta cierto punto lo mismo que realizó Francisco Javier en Asia, realizó Kino en la región, el establecer sistemas de gobierno con un respeto a los pueblos originarios  y sus costumbres, creando una devoción que lleva a algunos a caminar por días por el terreno agreste, solo con la certidumbre que en el camino, habrá otros feligreses que acompañaran su peregrinaje y otros que por su voluntad apoyarán sus pasos con un plato de comida, cuidados y un sitio en donde dormir.

 

 “La penitencia y eso, el pagar algo el expiar una cosa son conceptos, pero que ocurre internamente volverse, recuperar lo más humano dependo de otros, necesito de otros, soy vulnerable y necesito de la ayuda de Dios, confió en la ayuda de Dios y un peregrino particularmente en estas fechas, se lanza a peregrinar y el asunto es que es, sin nada, a la brava, sin nada, ese es el sentido, uno se tira también porque sabes que ahí va a estar alguien, porque sabes que alguien te va a acoger, alguien va a estar en el camino y eso lo inculco mucho Kino también, la solidaridad, el ser soporte, una comunidad misional tiene que distinguirse por su hospitalidad, los pueblos, eran pueblos hospital, eran lugares seguros, para el que caminaba, entonces algo por lo que se debe distinguir el que vive en el pueblo misión es por su hospitalidad, por su solidaridad, por compartir lo que se tiene y esto muy indígena”, describió.