Rusia prohíbe fundación de Elton John, dejando a 1,2 millones de personas con VIH en riesgo

La noticia del día impacta de lleno en el panorama internacional y toca fibras sensibles. Se trata de una situación que trasciende las fronteras geográficas, llegando a impactar a millones de personas vulnerables en una zona del mundo donde la ayuda es crucial

Rusia prohíbe fundación de Elton John, dejando a 1,2 millones de personas con VIH en riesgo

Un mazazo a la lucha contra el SIDA en Rusia: la fundación de Elton John, declarada "indeseable". La decisión de la Fiscalía General rusa ha dejado en shock a la comunidad internacional y a miles de personas con VIH que dependen de la ayuda de la organización.

La prohibición, anunciada el 3 de abril, alega que la fundación promueve "relaciones sexuales no tradicionales, modelos familiares occidentales y la reasignación de género". Esta justificación, según críticos, enmascara una represión a la sociedad civil y a las voces disidentes en un contexto político cada vez más restrictivo.

Con más de 1.2 millones de personas viviendo con VIH en Rusia en 2024, y más de 430.000 sin acceso a tratamiento, la interrupción del trabajo de la fundación representa una amenaza directa a la salud pública. La propia fundación ha denunciado la medida como un golpe devastador que impedirá la entrega de cuidados vitales.

La acusación de una supuesta campaña de desprestigio contra Rusia, vinculada a la “operación militar especial” en Ucrania, añade una capa geopolítica al conflicto, confundiendo la ayuda humanitaria con activismo político.

Más allá del impacto inmediato en la provisión de servicios esenciales para personas con VIH, la decisión genera un preocupante precedente para el trabajo de otras ONG internacionales en Rusia y plantea serias dudas sobre el compromiso del país con la lucha contra las enfermedades globales. El cierre de la fundación es una muestra más de las crecientes restricciones a la sociedad civil y a la libertad de operar en Rusia.

La comunidad internacional urge a Rusia a reconsiderar esta decisión y a garantizar el acceso a servicios de salud esenciales para todas las personas, independientemente de su orientación sexual o identidad de género. El futuro de la lucha contra el SIDA en Rusia pende de un hilo.