Un objetivo en movimiento: Reenfocar la gestión del riesgo y la resiliencia en medio de una incertidumbre continua
CIUDAD DE MÉXICO.- El 2020 representó un desafío para las instituciones financieras en una escala y un alcance no vistos antes. Las medidas adoptadas por los gobiernos, las entidades y los consumidores para frenar la propagación del covid-19 desencadenaron una inevitable recesión económica e impactos sociales de largo alcance. La 12ª edición de la encuesta global de gestión de riesgos de Deloitte se realizó entre marzo a septiembre de 2020 en momentos sin precedentes a nivel mundial, lo que se evidencia en las tendencias más importantes para las instituciones financieras en los próximos dos años, principalmente la crisis financiera global (48%) y pandemias globales (42%). Lo que estaremos presenciando de manera continuada es una gran presión sobre los ingresos e indicadores financieros clave, un mayor monitoreo de los costos y gastos de operación, así como una mayor exigencia para respuestas apropiadas ante los riesgos emergentes o intensificados.¿Cuáles son las 10 prioridades en materia de gestión de riesgos para las instituciones financieras?Los bancos en general están priorizando 10 riesgos claves en este momento los cuales resumimos a continuación:1.- Ante el incremento del riesgo crediticio será importante mantener el foco y reevaluar informes sobre exposiciones crediticias en sectores y segmentos relevantes impactados por la pandemia.2.- Hay una mayor preocupación por los riesgos no financieros lo va más allá de la resiliencia operativa en la cadena de suministro y los ecosistemas digitales (Apps, Fintechs, etc.) que se han venido configurando en los últimos tiempos.3.- Continuas preocupaciones sobre la ciberseguridad que implican comprender lo que se requiere para una estrategia de transformación de la ciberseguridad que cubra los riesgos actuales de forma sostenible.4.- Destacar el riesgo del medio ambiente, lo social y la gobernanza (ESG por sus siglas en inglés) dadas las expectativas de las partes interesadas que han cambiado de forma radical.5.- Desatar el potencial de la gestión de riesgos digitales que ayude a la re-imaginación de los procesos y controles de negocio, en hacer más con menos y poder dedicar mejor el tiempo para el análisis.6.- Encarar el desafío de la gestión de datos de riesgo lo cual es necesario para aprovechar las últimas tecnologías se requieren datos de riesgo precisos, completos y oportunos.7.- Abordar el riesgo de terceras partes que es quizá uno de los riesgos donde es necesario elevar el nivel de conciencia organizacional para que sean mejor entendidas las implicancias financieras, reputacionales y operacionales que son inherentes a la naturaleza de las operaciones y servicios que son ejecutadas por terceras partes.8.- Optimizar el modelo de tres líneas de defensa y hacer que materia de costo-beneficio se pueda entender mejor el qué y por qué controlar, cómo controlarlo y como asegurar que esté controlado y disminuyendo el nivel de riesgo asociado basados en una mayor automatización.9.- Hay un mayor enfoque en las pruebas de estrés: Ante los impactos de una crisis financiera y sanitaria global como la conocemos, y consciente del espectro en tiempo que puede estar implícito hasta una disipación de los mayores efectos de estas crisis, es imperativo poder comprender que la gestión de capital de las entidades y desde allí articular el apetito de riesgos desde la perspectiva de estratégica que sea aplicada a la gestión operacional del negocio de manera ágil y a la vez segura.10.- Continuo progreso en materia de gobierno de riesgos: La supervisión del riesgo implica un desafío consciente y continuo sobre los preconceptos en la materia que a nivel de la Junta y de la Alta Gerencia es necesario realizar. La coyuntura actual es una oportunidad para los Consejos de Administración y Ejecutivos sobre el cuestionar lo que se está realizando para responder a los riesgos de una manera tal que queden reducidos al nivel que es tolerable en la organización.Con el panorama que tenemos al frente, es prioritario hablar de la transformación del rol de riesgos y la flexibilidad de la función para responder rápidamente a las condiciones económicas volátiles, a patrones de comportamiento de los mercados y clientes diferentes, y atípicos muchas veces, y las prácticas de trabajo cambiantes. Poder comprender que respuestas de hoy son temporales y cuáles pueden ser de mayor aliento se convertirá un elemento importante en la función de riesgos para la transformación que es necesaria.¿Que impone la nueva normalidad a la gestión de riesgos?El entorno general en el que vivimos nos hace cuestionar si lo que conocemos como gestión de riesgos hoy es sostenible en el tiempo. De alguna manera es conveniente pensar en un reinicio de las ideas y conceptos que tenemos en torno al tema. Bajo el contexto actual y el de una nueva realidad, que se estira continuamente en un largo mientras tanto, es prioritario (1) generar confianza entre las partes interesadas, tanto como (2) elevar el rol de la gestión de riesgos en la sociedad y estar en capacidad de (3) generar y difundir inteligencia de riesgos a través de toda la organización.Para impulsar la transformación que ayude a la función de riesgos a reenfocarse en medio de la incertidumbre continua a la que hemos estado expuestos en este largo “mientras tanto” se debe tomar en cuenta:- Formular la estrategia considerando el riesgo en términos tangibles, medibles y concretos;- Enfocarse en las personas, sus patrones de conducta y en la predicción de escenarios de cambios de esos patrones;- Optimizar el modelo de control interno y de gestión de riesgos; y,- Apalancarse en la tecnología emergente, en la revolución digital. Las funciones de riesgos tienen una oportunidad rara pero real en este momento. Esto implica apoyar decisiones rápidas, trabajar de una manera ágil, conservando el rigor del gobierno corporativo, pero utilizando herramientas digitales que ayuden a empoderar a los individuos, presentar soluciones y participar desde el principio en las iniciativas y proyectos estratégicos. El actual clima de incertidumbre está, una vez más, revelando lo que es más importante para las organizaciones y sus partes interesadas. El momento requiere un análisis más profundo del valor que la función de riesgos ha brindado a las entidades financieras y a la comunidad, qué no ha brindado y lo que puede brindar, en un entorno continuamente incierto.Es hora de pensar ¿Cuál es el riesgo de no reenfocar la gestión de riesgos? Quizá la respuesta es que podríamos llegar a ser moldeados por eventos de riesgos en lugar de modelar dichos eventos.